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Las solanáceas son miembros de la familia de plantas con flores del mismo nombre. La mayoría de las solanáceas no son comestibles, como el tabaco y la hierba mortal belladona.

Sin embargo, un puñado de solanáceas son comestibles. De hecho, son alimentos básicos muy conocidos en nuestra dieta, los cuales incluyen:

  • Tomates
  • Berenjena
  • Papas
  • Pimientos

Todas las plantas solanáceas contienen compuestos llamados alcaloides. Un alcaloide que se encuentra en estos vegetales, la solanina, puede ser tóxico en grandes cantidades o en una papa verde.

No obstante, no existe evidencia de que la solanina sea dañina en cantidades típicas de los alimentos, y esta no se encuentra únicamente en las solanáceas: los arándanos y las alcachofas también la contienen.

Gracias a evidencia anecdótica, las solanáceas se han ganado la mala reputación de ocasionar inflamación en el cuerpo.

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Pero no todas las personas con dolor en las articulaciones que eliminan las solanáceas de su dieta experimentan alivio del dolor. Y alguna evidencia sugiere que el contenido nutricional de las solanáceas de hecho puede ayudar con los síntomas de la artritis reumatoide (AR).

De acuerdo con los expertos, la creencia de que comer solanáceas empeora la artritis es solo un mito. Concretamente, las personas con artritis pueden beneficiarse del alto contenido nutricional de las solanáceas.

Por ejemplo, mediante una investigación del año 2011 se descubrió que la inflamación y el daño al ADN se redujeron en hombres sanos que comieron papas amarillas o moradas (que son solanáceas) durante 6 semanas.

Asimismo, un estudio del año 2020 demostró que para las personas con AR, la solanina en las solanáceas puede debilitar la barrera intestinal y provocar permeabilidad intestinal o intestino permeable.

Sin embargo, se requieren más estudios. Hasta la fecha, existe poca evidencia científica para llegar a una conclusión en cualquier sentido.

 

Fuente: Healthline