El consumo de avena es una manera fácil de añadir fibra a tu dieta. Recuerda que la fibra es una herramienta importante para la digestión, y las fibras específicas de la avena pueden ser especialmente útiles para el hígado. La avena y la harina de avena son ricas en compuestos llamados betaglucanos.
De acuerdo con un estudio del año 2017, los betaglucanos son biológicamente muy activos en el cuerpo. En concreto, ayudan a modular el sistema inmunológico y a combatir la inflamación, además de que pueden ser especialmente útiles en la lucha contra la diabetes y la obesidad.
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La investigación también señala que los betaglucanos de la avena parecen ayudar a reducir la cantidad de grasa almacenada en el hígado de ratones, lo que también podría ayudar a proteger dicho órgano. Sin embargo, se requieren más estudios clínicos para confirmar dicho beneficio en los seres humanos.
Las personas que desean incluir avena o harina de avena en su dieta deben buscar avena integral o avena cortada al acero en lugar de avena instantánea. La avena instantánea puede contener rellenos como harina o azúcares, que no son beneficiosos para el cuerpo.
Fuente: Medical News Today
