Ya sea que se trate de una de las primeras citas de tu hija con el ginecólogo o la número 21, los exámenes pélvicos nunca son divertidos, pero son importantes. Por lo tanto, debes hablar con ella sobre cuándo realizarse estos exámenes y por qué.

Explícale que no debe tener miedo al hacerse un examen pélvico, y que este tipo de estudio consta de tres partes:

  • Observar la vulva, también conocido como examen genital externo.
  • Con un dispositivo que posee un pico de pato llamado espéculo, el médico observará la vagina y el cuello uterino. Si se necesita una prueba de Papanicolaou, se realizará durante esta parte del examen. Durante una prueba de Papanicolaou, el médico tomará una muestra de células del cuello uterino para verificar si hay cambios anormales en el cuello uterino que podrían provocar cáncer.
  • El médico revisa los órganos internos colocando uno o dos dedos enguantados y lubricados en la vagina y hasta el cuello uterino, mientras la otra mano presiona el abdomen desde afuera.

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“No es necesario que tú o tu hija se preocupen por el uso del espéculo”, señala Louisa Essandoh, ginecóloga especializada en adolescentes en Hackensack Meridian Health (Estados Unidos). «Rara vez se usa durante la adolescencia, y es solo en unos pocos casos especiales que una adolescente necesitará un examen con espéculo».

Es posible que el médico solo realice un examen genital externo, donde observará la vulva para verificar si hay signos de quistes, secreción anormal, irritación, verrugas genitales y otros problemas.

“Si tu hija recibe un examen genital externo, anímala a que le pida a su ginecólogo(a) un espejo de mano para que pueda darle seguimiento a su revisión. Esta es una excelente manera para que ella se familiarice con su cuerpo y se dé cuenta de lo que debe buscar en caso de que surja algún problema», subrayó Essandoh.

 

Vía: Hackensack Meridian Health