El ejercicio representa un factor clave dentro de un estilo de vida saludable. Por este motivo, se ha calificado como un método para reducir el riesgo de diversas enfermedades, entre ellas las degenerativas. Si bien mejora la calidad de vida y disminuye las posibilidades de sufrir padecimientos ligados a la edad, la actividad física no tiene un vínculo con la posibilidad de padecer o no menopausia precoz.

Para llegar a esta premisa, investigadores de la Universidad de Massachusetts dieron seguimiento a más de 107 mil mujeres estadounidenses, de entre 25 a 42 años de edad, durante 20 años. De acuerdo con la directora del estudio, Elizabeth Bertone-Johnson, profesora de epidemiología en dicha institución, «varios estudios anteriores han encontrado sugerencias de que una mayor cantidad de actividad física se asocia con la menopausia a una edad más avanzada, pero incluso en esos estudios el tamaño del efecto fue pequeño».

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Aunque los resultados no sugieren que una mayor cantidad de actividad física se asocie con un menor riesgo de menopausia precoz, la especialista recomienda llevar una vida activa, especialmente a las mujeres premenopáusicas, dado que el ejercicio se vincula con muchos beneficios para la salud.

A decir de Bertone-Johnson, existen otros factores ambientales que podrían tener un rol importante en la reducción del riesgo de la menopausia precoz; entre ellos destaca un mayor consumo de calcio y vitamina D, a partir de alimentos lácteos, y la ingesta de proteína vegetal. Por su parte, el tabaquismo aumenta las probabilidades, al igual que los problemas de peso.

Recuerda, mantener un estilo de vida saludable es lo ideal para combatir los síntomas de la menopausia. Si consideras que no puedes con los malestares, o detectas algo extraño en tu cuerpo, visita de inmediato a un médico.

 

Vía: Health Library