Una coloración grisácea o azulada en los ojos, constante lagrimeo y molestia intensa a la luz podrían ser los únicos síntomas de glaucoma infantil, según el director de Global Glaucoma Institute de Occidente, José Antonio Paczka Zapata.
En las etapas más tempranas de la vida, el glaucoma puede originar un aumento en el tamaño de los ojos, hecho que puede confundir a los padres y hasta a los pediatras, “a manera de niños con ojos bonitos por sus dimensiones”, de acuerdo con el especialista.
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“En general, el glaucoma es una condición silenciosa que representa la primera causa de ceguera irreversible en el mundo. Los mexicanos tenemos un riesgo especial para desarrollar este padecimiento”, advirtió Paczka Zapata.
Si bien la enfermedad es incurable, es posible controlarla, por lo que nueve de cada 10 personas con glaucoma que se atienden adecuadamente mantienen una visión normal durante toda la vida.
Lamentablemente, esta afección puede pasar inadvertida fácilmente para los padres de familia, que en muchas ocasiones podrían no estar enterados de la enfermedad.
Para Paczka, es necesario fomentar la conciencia sobre los riesgos que puede representar el glaucoma infantil.
“Estamos hablando de una enfermedad que afecta los nervios ópticos, en los que está presente una presión mayor a la normal, que si no es tratada a tiempo puede desencadenar una disminución progresiva de la visión, pudiendo llevar a la ceguera en los infantes”, aseguró el experto.
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En la mayoría de los casos, este mal no presenta sintomatología evidente para el paciente, por lo que su identificación puede hacer la diferencia en el niño evaluado.
Se recomienda que, a fin de detectar cualquier enfermedad visual relevante, los niños sean revisados por el oftalmólogo entre los tres y cinco años de edad, y a partir de entonces, cada tres años hasta la adultez —al cumplir los 40 años—.
Vía: Notimex