Como cada año, el último miércoles de abril se celebra el Día Internacional de la Concientización Respecto al Ruido, iniciativa que cuenta ya con más de 20 años de historia y que es impulsada por el Centro de Audición y Comunicación (CHC), una organización con sede en Nueva York cuyo objetivo fundamental es animar a las personas a combatir la contaminación acústica, también denominada ruido.
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Si bien es cierto que el ruido puede ser percibido por algunas personas sin que les genere molestias (tiene hasta cierto punto un carácter subjetivo), como disfrutar del sonido de una motocicleta de carreras o de un concierto de rock, también puede significar un dolor de cabeza para otras. No obstante, sea cual sea la percepción personal del ruido, es un hecho que la exposición a niveles altos del mismo puede ser altamente nociva para la salud. Se sabe que la capacidad auditiva se deteriora (temporal o permanentemente) en la banda de amplitud (lo que coloquialmente conocemos como volumen) comprendida entre los 75 dB y 125 dB. [Los dB o decibelios son la medida de la intensidad del sonido].
El ruido pasa a ser doloroso, cuando se sobrepasan los 125 dB, llegando al umbral de dolor a los 140 dB. Además del ruido extremo, que puede conducir a sordera, también los niveles de ruido de menor intensidad pueden perjudicar la salud de las personas. Entre los daños al organismo que se atribuyen al ruido se encuentran:
- Al sistema cardiovascular, con alteraciones del ritmo cardiaco, riesgo coronario, hipertensión arterial y excitabilidad vascular por efectos de carácter neurovegetativo.
- A las glándulas endocrinas, con alteraciones hipofisiarias y aumento de la secreción de adrenalina.
- Al aparato digestivo, con incremento de enfermedad gastroduodenal por dificultar el descanso.
- Otras afecciones, por incremento de estrés, aumento de alteraciones mentales, tendencia a actitudes agresivas, dificultades de observación, concentración, rendimiento y propiciando accidentes.
Varios estudios han comprobado esta relación directa entre el exceso de ruido y el aumento de enfermedades. De hecho después de la contaminación atmosférica, la acústica es la segunda causa de origen ambiental que provoca alteraciones en la salud.
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Por lo anterior y en el marco de esta conmemoración, no olvidemos que la concientización sobre el ruido radica en que nos eduquemos e informemos a fondo sobre los entornos sonoros que nos rodean, es decir, cómo suena nuestra casa, nuestra calle, nuestro barrio, nuestras ciudades, nuestros bosques, etc., a fin de entender cómo es nuestro paisaje sonoro y cómo cambia con el tiempo.
Tal responsabilidad debe recaer inicialmente en los Organismos o Instituciones de bien público que desarrollan sus actividades e investigaciones en el marco de la evaluación de la contaminación acústica en particular, para que posibiliten la toma de conciencia acerca de la problemática del ruido y sus efectos en las personas, así como la implementación de estrategias que prevengan y atiendan tales efectos en la población, de las cuales todos debemos ser partícipes.
Para finalizar te dejamos una tabla de referencia con algunos ruidos y sus niveles de intensidad, para que tengas presente cuáles de ellos pueden afectarte más en tu día a día y de esa manera protejas tu salud.
Vía: Acustinet, Fundación Melior
