La infancia puede ser una etapa difícil. Las emociones y situaciones son confusas, y muchas cosas provocan estrés, como la llegada de un nuevo hermano, el divorcio de los padres, comenzar la escuela, entre otros factores.

Si bien es común relacionar la niñez con tranquilidad y despreocupación, los momentos de ira surgen y son normales. No obstante, es esencial que los padres aprendan a manejar la situación y reconozcan síntomas de problemas graves, los cuales podrían requerir asesoramiento de un experto.

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Recomendaciones

Es natural que los niños actúen diferente o sientan enojo. Sin embargo, es necesario que los ayudes a manejar sus sentimientos y acciones. Debes comenzar por no reflejar o responder su ira. Considera lo siguiente.

1. Utiliza un tono amable al hablar. Apártalo si hay otras personas a su alrededor. Esto puede ayudar a que se sienta más cómodo y abierto para compartir sus sentimientos.
2. Fija reglas. Establecer límites ayudará a que ellos comprendan y sepan qué esperar.
3. Sé constante y toma decisiones. Si no actúas siguiendo las reglas todo el tiempo, tu hijo no sabrá cuándo hablas en serio. Es posible que se confunda, lo que generaría más ira y estrés para ambos.
4. Recompensa el buen comportamiento. Elogia a tu hijo cuando siga las reglas y controle su ira. No lo premies, basta con destacar su comportamiento.
5. Pon en práctica lo que enseñas. Es sumamente importante que des un buen ejemplo. Conviértete en un modelo a seguir.

Recuerda que la comunicación es tu mayor aliada para solucionar los problemas. No recurras a sanciones extremas. Antes de castigar a tu pequeño por su comportamiento, habla con él acerca de la situación y sus sentimientos.

 

Vía: Family Doctor