Las personas con trastornos del olfato normalmente sufren una pérdida en la capacidad para oler o cambios en la manera como perciben los olores. Por ello, aquí te mencionamos 4 de estos trastornos, que sí o sí debes conocer para saber cómo evitarlos o tratarlos:

1. Hiposmia. Es una reducción en la capacidad para detectar olores.

2. Anosmia. Es la total incapacidad para detectar olores. En raras ocasiones, se puede nacer sin el sentido del olfato, lo que se llama anosmia congénita.

3. Parosmia. Es un cambio en la percepción normal de los olores, por ejemplo, cuando se distorsiona el olor de algo familiar, o cuando algo que normalmente te agradaba de repente se vuelve desagradable.

4. Fantosmia. Es la sensación de percibir un olor que en realidad no está presente.

Causas

Es importante que sepas que los trastornos del olfato tienen muchas causas, siendo más evidentes unas que otras. La mayoría de la gente que desarrolla un trastorno del olfato ha sufrido una enfermedad o lesión reciente. Las causas más comunes de los trastornos del olfato son:

  • Envejecimiento
  • Infecciones de los senos paranasales (sinusitis) y de las vías respiratorias superiores
  • Fumar
  • Crecimientos en las cavidades nasales (pólipos y otros)
  • Lesiones en la cabeza
  • Alteraciones hormonales
  • Problemas dentales
  • Exposición a ciertos productos químicos, como insecticidas y solventes
  • Varios medicamentos, incluyendo ciertos antibióticos y antihistamínicos comunes
  • Radiación para el tratamiento de cánceres de cabeza y cuello
  • Trastornos que afectan al sistema nervioso, como enfermedad de Parkinson o Alzheimer

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Diagnóstico y tratamiento

Los trastornos del olfato son diagnosticados por un otorrinolaringólogo (médico especialista en trastornos del oído, nariz, garganta, cabeza y cuello). Una evaluación precisa de un trastorno del olfato incluye, entre otras cosas, un examen físico de los oídos, nariz y garganta; una revisión del historial médico, incluyendo exposición a sustancias químicas tóxicas o posibles lesiones; y una prueba del olfato administrada por un profesional de la salud.

El diagnóstico por parte de un médico es clave para identificar y tratar la posible causa del trastorno del olfato. Si el problema es causado por medicamentos, habla con tu médico, pues reducir la dosis o cambiar de medicamento disminuiría los efectos sobre el sentido del olfato. Si sufres alguna obstrucción nasal, como pólipos que estén limitando el flujo de aire en la nariz, quizás debas someterte a una cirugía para eliminarlos y restaurar el sentido del olfato.

Algunas personas recuperan la capacidad para oler cuando se mejoran de la enfermedad que ocasionó la pérdida del olfato. Otras pueden recuperar el sentido del olfato espontáneamente, sin ninguna razón aparente. Si tu trastorno del olfato no puede ser tratado con éxito, posiblemente debas buscar apoyo psicológico para adaptarte a la situación.

 

Vía: National Institute of Deafness and Other Communication Disorders (NIDCD)