Las personas que experimentan duelo pueden estar familiarizadas con su primera y muy conocida etapa: la negación.

En pocas palabras, la negación es el acto de rechazar la realidad. Es la primera de las etapas del duelo porque, cuando ocurre un cambio importante en la vida, la mente y el cuerpo tienen que trabajar para procesar la situación.

Cuando estás pasando por una complicación médica, generalmente hay señales de alerta en todo tu cuerpo que te dicen: «Algo no está bien». Estas podrían ser brotes, empeoramiento del dolor crónico, nuevos síntomas o una variedad de otras interrupciones diarias que observes.

Aunque lógicamente sabes que estás entrando en una nueva relación con tu salud cuando surge un nuevo problema médico o recibes un nuevo diagnóstico, es común que necesites tiempo para superar la negación antes de comenzar a procesar exactamente lo que estás sintiendo.

Al comienzo del ciclo del duelo, es posible que niegues toda la verdad o solo partes de la realidad.

Decirte a ti mismo(a) que esto no está sucediendo realmente, que «está todo en tu cabeza» o «no es tan malo», es una forma en la que tu mente y cuerpo se protegen de la tensión emocional del duelo.

También puedes minimizar la gravedad de la situación como una forma de afrontarla al:

  • Rechazar el dolor
  • Ignorar los síntomas
  • Ocultar los síntomas de tus seres queridos
  • Evadir los problemas de salud como si todo estuviera bien
  • Dudar de ti mismo(a) y de la validez de tus preocupaciones

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Para aquellos que no tienen condiciones crónicas, puede ser difícil entender por qué la negación es un primer paso común en el procesamiento de un trauma médico. ¿No queremos saber qué está mal? ¿No queremos arreglarlo?

La respuesta a estas preguntas es sí: Queremos tener una explicación para los síntomas y, en un mundo onírico, una solución. Pero no es tan simple.

La gran mayoría de las condiciones crónicas son de larga duración y solo ofrecen tratamientos sintomáticos en lugar de una cura o solución. Esencialmente, cuando recibes un nuevo diagnóstico (o si todavía estás esperando uno con síntomas continuos), la realidad del tiempo entra en acción, y la línea de tiempo cambia.

De repente, no estás buscando un nombre para explicar tu dolor, tus síntomas o tus noches de insomnio. Una vez que sepas cuál es el problema subyacente, sabrás que el siguiente paso es continuar con el tratamiento.

Sin embargo, este próximo paso puede parecerte imposible. Y en el caso de las enfermedades crónicas, ya sabes que este tema no tiene necesariamente fecha de término.

Entonces, para afrontar esta nueva realidad, incluso si has estado esperando un diagnóstico o una explicación o que alguien simplemente te diga que te cree, puedes entrar en la etapa de negación para tratar de convencerte de que la situación no es tan mala, o de que no es real.

Si actualmente niegas tu estado de salud, está bien. Si puedes, date tiempo para procesar los hechos de la situación.

Puedes optar por escribir una lista de los hechos (es decir, «Hoy sentí dolor», «El médico me dijo que tenía un tumor», «Estoy esperando los resultados de los análisis de sangre») hasta que empiecen a sentirse reales.

También puedes decidir programar un tiempo determinado durante el día para distraerte de la realidad leyendo un libro o realizando un maratón de series o películas. Tomar descansos es una excelente manera de darte el espacio que necesitas para procesar todos los nuevos cambios en tu vida hasta que no se sientan tan abrumadores.

 

Fuente: Healthline