El trastorno de apego reactivo es un problema en el que un niño no puede formar fácilmente una relación normal o amorosa con los demás. Se considera que es el resultado de no formar un vínculo con ningún cuidador específico cuando es muy joven.

El trastorno es ocasionado por el abuso o la negligencia de las necesidades de un bebé en lo que respecta a:

  • Vínculos emocionales con un cuidador principal o secundario
  • Comida
  • Seguridad física
  • Tacto

Se puede descuidar a un bebé o un niño cuando:

  • El cuidador tiene una discapacidad intelectual
  • El cuidador carece de habilidades parentales
  • Los padres están aislados
  • Los padres son adolescentes

Cabe mencionar que un cambio frecuente de cuidadores (por ejemplo, estar en hogares de acogida u orfanatos) es otra causa del trastorno de apego reactivo.

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Síntomas

En un niño, los síntomas pueden incluir:

  • Evitar al cuidador
  • Evitar el contacto físico
  • Dificultad para ser consolado
  • No hacer distinciones al socializar con extraños
  • Querer estar solo en lugar de interactuar con los demás

En el caso de los cuidadores, estos a menudo descuidan:

  • Las necesidades del niño de consuelo, estimulación y afecto.
  • Sus necesidades fisiológicas como comida, ir al baño y jugar.

¿Cómo se trata?

El tratamiento consta de dos partes. El primer objetivo es asegurarse de que el niño esté en un entorno seguro donde se satisfagan sus necesidades emocionales y físicas.

Una vez establecido lo anterior, el siguiente paso es cambiar la relación entre el cuidador y el niño, sobre todo si el cuidador es el problema. Las clases para padres pueden ayudar al cuidador a satisfacer las necesidades del menor y a crear un vínculo con ella o él.

El asesoramiento puede ayudar al cuidador a solucionar problemas, como el abuso de drogas o la violencia familiar. Los servicios sociales deben darle seguimiento a la familia para asegurarse de que el niño o la niña permanezcan en un entorno seguro y estable.

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine