Existe un mito que afirma que la demencia es puramente genética. En otras palabras, si el familiar de una persona tiene un diagnóstico de demencia, se garantiza que desarrollará demencia más adelante en su vida, pero esto no es verdad.

Aunque existe un componente genético en algunas formas de demencia, la mayoría de los casos no poseen un vínculo genético fuerte.

Como se sabe en la actualidad, más que los factores genéticos, el factor de riesgo más importante para la demencia es la edad. No obstante, si un padre o abuelo desarrolló la enfermedad de Alzheimer cuando tenía menos de 65 años, la posibilidad de que se transmita genéticamente es mayor.

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Pero el Alzheimer de inicio temprano es relativamente poco común, pues se presenta en aproximadamente el 5.5% de todos los casos de Alzheimer.

Como la mayoría de los casos de demencia son por enfermedad de Alzheimer, significa que la mayoría de los casos de demencia no son hereditarios. La demencia frontotemporal (DFT), que es mucho menos común, posee un vínculo genético más fuerte, pero si un padre o un abuelo desarrolla la afección, no significa que los hijos o los nietos la desarrollarán de forma garantizada.

Hoy en día, la DFT afecta a entre 15 y 22 de cada 100,000 personas. De estos individuos, del 10 a 15% poseen antecedentes familiares importantes de la afección.

 

Fuente: Medical News Today