El sistema endocrino es una red de glándulas y órganos que producen, almacenan y secretan hormonas. Cuando funciona normalmente, el sistema endocrino trabaja con otros sistemas para regular el desarrollo y funcionamiento saludable del cuerpo durante toda la vida.

Los productos químicos disruptores endocrinos (EDC, por sus siglas en inglés) son sustancias en el medio ambiente (aire, suelo o suministro de agua), fuentes de alimentos, productos de cuidado personal y productos manufacturados que interfieren con el funcionamiento normal del sistema endocrino de tu cuerpo. Debido a que los EDC provienen de muchas fuentes distintas, las personas están expuestas de varias maneras, lo que incluye al aire que respiramos, los alimentos que comemos y el agua que bebemos. Los EDC también pueden ingresar al cuerpo a través de la piel.

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Cabe destacar que algunos EDC actúan como «imitadores» y engañan a nuestro cuerpo, haciéndole creer que son hormonas, mientras que otros EDC impiden que las hormonas naturales hagan su trabajo. Ciertos EDC pueden incrementar o disminuir los niveles de hormonas en la sangre al afectar la manera en la que se producen, descomponen o almacenan en nuestro cuerpo. Finalmente, otros EDC pueden cambiar la sensibilidad de nuestro organismo a diferentes hormonas.

Los EDC pueden alterar muchas hormonas diferentes, por lo que se han relacionado con numerosos resultados adversos para la salud humana, incluyendo alteraciones en la calidad del esperma y la fertilidad, anomalías en los órganos sexuales, endometriosis, pubertad temprana, función alterada del sistema nervioso, función inmune, ciertos cánceres, problemas respiratorios. problemas metabólicos, diabetes, obesidad, problemas cardiovasculares, crecimiento, discapacidades neurológicas y de aprendizaje, entre otros.

 

Fuente: Endocrine Society