De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, cada primavera, verano y otoño, los árboles, la maleza y el pasto liberan diminutos granos de polen en el aire. Parte del polen termina en la nariz y la garganta. Esto puede desencadenar un tipo de alergia llamada fiebre del heno.

Los síntomas de la afección suelen incluir:

  1. Estornudos, a menudo con goteo u nariz tapada
  2. Tos y goteo posnasal
  3. Picazón en ojos, nariz y garganta
  4. Ojos rojos y llorosos
  5. Círculos oscuros debajo de los ojos

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RECUERDA: Tu proveedor de atención médica puede diagnosticar la fiebre del heno después de realizar un examen físico y de observar tus síntomas. En ocasiones, se utilizan pruebas cutáneas (que examinan la piel) o de sangre. Tomar medicamentos y usar aerosoles nasales puede aliviar los síntomas. También puedes enjuagarte la nariz, pero asegúrate de utilizar agua destilada o esterilizada con solución salina. Las vacunas antialérgicas pueden ayudarte a ser menos sensible al polen y brindar un alivio a largo plazo.

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine