Muchas personas utilizan tratamientos médicos que no forman parte de la medicina convencional. Cuando se utiliza este tipo de atención, suele recibir el nombre de medicina complementaria, integradora o alternativa.

Hoy en día, es común que la medicina complementaria se utilice junto con la atención médica convencional. Un ejemplo es el uso de la acupuntura para ayudar con los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer. Cuando los profesionales de la salud y las instalaciones donde se brindan cuidados médicos ofrecen ambos tipos de atención, se denomina medicina integrativa. La medicina alternativa es aquella que se utiliza en lugar de la atención médica convencional.

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Las afirmaciones que realizan los profesionales no convencionales pueden sonar prometedoras. No obstante, los investigadores no saben qué tan seguros son muchos de estos tratamientos o qué tan bien funcionan. Se están realizando estudios para determinar la seguridad y la utilidad de muchas de estas prácticas.

Para minimizar los riesgos para la salud de un tratamiento no convencional, realiza lo siguiente:

  1. Habla con tu médico, ya que puede tener efectos secundarios o interactuar con otros medicamentos.
  2. Descubre lo que dice la investigación al respecto.
  3. Elige cuidadosamente a los practicantes.
  4. Informa a todos tus médicos y profesionales sobre todos los diferentes tipos de tratamientos que utilices.

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine