Las personas pueden perder todo o una parte de un brazo o una pierna (extremidades superiores o inferiores) por varias razones. Los más comunes incluyen las siguientes:
- Problemas con la circulación sanguínea. Estos pueden ser el resultado de afecciones como aterosclerosis o diabetes. Los casos severos pueden resultar en amputación.
- Lesiones, incluso por accidentes de tráfico y combate militar.
- Cáncer.
- Defectos de nacimiento.
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Algunas personas con amputaciones experimentan lo que se conoce como dolor fantasma, que es la sensación de dolor en el miembro amputado. Otros problemas físicos incluyen complicaciones quirúrgicas y problemas de la piel, sobre todo si utilizas una prótesis. Muchas personas amputadas utilizan una extremidad artificial, y aprender a usarla lleva tiempo. La fisioterapia puede ayudar a que la persona se adapte con mayor facilidad.
La recuperación de la pérdida de una extremidad puede ser difícil. La tristeza, la ira y la frustración son comunes. Si estás pasando por un momento difícil, habla con tu médico. El tratamiento con medicamentos o la asesoría de un profesional de la salud mental puede ayudar.