malrotacion intestinal.2La malrotación intestinal es un defecto congénito, que da lugar una malformación del tracto intestinal. Esta anomalía aparece durante la formación del feto en el útero de la madre.

A medida que el feto crece, hasta antes de su nacimiento, varios sistemas orgánicos concretan su desarrollo y maduración. El tracto digestivo comienza como un tubo recto que se extiende desde el estómago hasta el recto, ubicado inicialmente en el abdomen del feto. Después de un tiempo, parte del intestino migra hacia adentro del cordón umbilical. Alrededor de la semana diez de gestación, el intestino sale del cordón umbilical y vuelve a ingresar al abdomen, para posteriormente dar dos vueltas y dejar de ser un tubo recto.

 

Etiología del padecimiento

En sí, la malrotación ocurre cuando el intestino no da dichas vueltas de forma correcta. Además, ocasiona que el ciego (el extremo del intestino delgado) se desarrolle de manera anormal. Usualmente, el ciego se encuentra en la parte inferior del lado derecho del abdomen. En casos de malrotación, el ciego y el apéndice (que se encuentra unido al ciego) permanecen en la parte superior del lado derecho del abdomen.

La malrotación puede presentarse tanto en niños como en niñas. Los síntomas se manifiestan antes del primer mes de vida con más frecuencia entre los varones.

Hasta el 70 por ciento de los menores con malrotación intestinal también desarrollan otro tipo de malformación congénita, que involucran anomalías del aparato digestivo, anomalías cardiacas, anomalías del bazo y anomalías hepáticas.

La mayoría de los síntomas aparecen durante el primer año de vida. De 25 a 40 por ciento de los casos son diagnosticados en la primera semana de vida; del 50 al 60 por ciento se diagnostican antes del primer mes de vida; del 75 al 90 por ciento se diagnostica antes del primer año de vida; y los casos restantes (del 10 al 25 por ciento) se diagnostican después del primer año de vida.

Un niño con malrotación intestinal es propenso a experimentar una torsión del intestino que se conoce como vólvulo. Ésta genera una obstrucción, evitando que puedan digerirse de forma normal los alimentos. También puede interrumpirse la irrigación sanguínea a la parte doblada del intestino, ocasionando muerte en esa parte del tejido.

 

Diagnosis y tratamiento

Los procedimientos para diagnosticar malrotación o vólvulo intestinales incluyen diversos estudios de imagen, que evalúan la posición del intestino y determinan si existen anomalías en dicho órgano (que esté doblado o bloqueado). Entre ellos figuran la radiografía abdominal, la esofagografía/seriada gastrointestinal (GI) y el enema opaco.

Para tratar la malrotación o vólvulo deben tomarse en cuenta varios factores, siendo los principales: la gravedad del trastorno, la edad del niño(a), su estado general de salud y sus antecedentes médicos, la opinión del cirujano y otros médicos a cargo de la atención del pequeño(a), sus expectativas para la evolución del problema, y su opinión y preferencia.

La malrotación intestinal suele no evidenciarse hasta que el intestino se dobla (vólvulo) o hasta que se obstruye y se manifiestan los síntomas.

En cuanto al tratamiento, se pueden suministrar líquidos endovenosos a los niños que prevengan la deshidratación y administrarles antibióticos para prevenir infecciones. También puede usarse una sonda nasogástrica para prevenir la acumulación de gas en el estómago.

Si se forma un vólvulo, éste debe repararse con cirugía, pues representa un gran riesgo dado que el intestino puede morir al doblarse y no recibir irrigación adecuada de sangre. Se corrige la torsión intestinal y se comprueba si hay daños. Si una gran porción de intestino está lesionada, debe extirparse una cantidad considerable del mismo.

 

Vía: Hospital Infantil Comer de la Universidad de Chicago