Los menores sedentarios, con sobrepeso o con antecedentes familiares de várices son propensos a sufrir esta enfermedad. Este riesgo se incrementa en los niños que viven en zonas de altas temperaturas, ya que en los climas cálidos se fomenta la dilatación de las venas. Así lo señaló Eber Cataño, médico del Centro Especializado de Várices de Lima, Perú.

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El especialista aseguró que, generalmente, los niños padecen várices localizadas. Es decir, que consisten en dos o tres venas dilatadas en las piernas. Asimismo, agregó que un niño que vive en la ciudad es más prevalente a desarrollar estas manifestaciones, ya que pasa demasiado tiempo frente a un televisor o una computadora. Esto lo convierte en una persona sedentaria en contraste a un niño del campo, que tiene más actividad física.

Eber Cataño indicó que el riesgo de que un adolescente desarrolle várices supera el 90% si ambos padres sufren el mal; un 50% si uno de los padres es quien lo sufre; y entre 5% y 10% si ninguno de los dos presenta esta enfermedad. Los síntomas de esta afección en los niños son dolor, pesadez y cansancio en las piernas, entre otros.

No recibir un tratamiento oportuno puede derivar en una tromboflebitis, oscurecimiento de las piernas, desarrollo de úlceras varicosas y rotura y sangrado de las várices, produciendo un gran dolor en las piernas.

Niveles de las várices

Cataño indicó que las várices poseen cuatro niveles. El primero corresponde a las “arañitas”, llamadas de esta manera por el surgimiento de pequeñas venas dilatadas que generan un “mapa”. El segundo nivel corresponde a las venas reticulares, que alcanzan un tamaño de unos cinco milímetros.

Por su parte, el tercer nivel concierne a las venas de mayor proporción y, por último, el cuarto consiste en la producción de úlceras varicosas, que implican una complicación grave de la circulación sanguínea. El segundo grado es el más habitual en niños y varones en general.

Tratamiento para las várices en niños

El médico del Centro Especializado de Várices aconsejó a los padres a llevar a sus hijos a un especialista, si es que muestran los síntomas de esta enfermedad. De esta forma, se evitarán mayores problemas de salud y una merma en la autoestima del niño.