Si padeces asma, hacer ejercicio es bueno para ti y puedes practicarlo de manera segura, incluso con asma alérgica. Basta un poco de planificación para ayudarte a respirar mejor y mantenerte en forma. Aquí una serie de recomendaciones para lograrlo.

1. Controla tu asma

Cuando mantienes tu asma bajo control, serás mucho más capaz de hacer ejercicio sin problemas. Los medicamentos pueden ayudar a disminuir los síntomas de asma y prevenir brotes.

Habla con tu médico sobre qué tipos de ejercicio son adecuados para tí, y con qué frecuencia puedes y debes practicarlos.

2. Conoce tus desencadenantes

Las personas con asma alérgica tienen los síntomas clásicos de sibilancias y dificultad para respirar si se encuentran cerca de sus desencadenantes. Los más comunes incluyen:

  • Polen
  • Ácaros del polvo
  • Cucarachas

Tu médico puede ayudarte a descubrir cuáles son los detonantes de tu asma. Una vez que lo hayas hecho, trata de evitarlos cuando hagas ejercicio.

3. Elige un día y una hora específicos

Si el polen empeora tu asma alérgica, vigila de cerca el recuento de polen en tu área.

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Intenta hacer ejercicio al aire libre temprano durante la noche, cuando los recuentos de polen son más bajos, en lugar de temprano por la mañana, cuando los recuentos de polen son más altos. Puedes consultar el recuento de polen en Internet antes de salir.

Cuando dicho conteo sea muy alto, cambia tu carrera o juego de fútbol y haz ejercicio en un espacio interior, como tu casa o un gimnasio.

4. Usa tu inhalador antes de hacer ejercicio

Siempre debes llevar contigo un inhalador de rescate, como por ejemplo el albuterol, ya que funciona rápidamente para abrir tus vías respiratorias. Usa tu inhalador de rescate de 10 a 15 minutos antes de hacer ejercicio, incluso si no tienes síntomas.

Aunque no le ayudará a tu asma, toma un antihistamínico de 60 a 90 minutos antes de salir, pues puede aliviar la picazón en los ojos y el goteo nasal causados por el polen.

5. Siempre haz calentamiento

No importa qué tipo de ejercicio practiques, realiza una sesión de calentamiento previo a participar en la actividad. Unos pocos estiramientos simples y tal vez una caminata corta antes de correr o levantar tu raqueta de tenis pueden prepararte para que hagas ejercicio sin problemas respiratorios.

6. Respira por la nariz

Inhalar aire por tu nariz hará que se caliente antes de que llegue a tus pulmones. Si necesitas respirar por la boca, aprieta los labios para que formen una «O». Esto también ayudará a calentar el aire.

7. Haz ráfagas cortas de ejercicio y descansa

Las ráfagas cortas de ejercicio reducirán la probabilidad de que sufras un ataque de asma. Intenta caminar medio kilómetro y luego descansa. O elige un deporte que alterne niveles de intensidad. Por ejemplo, en el béisbol, corres rápido durante unos segundos, luego te detienes, luego corres nuevamente.

 

Vía: WebMD