Ahora que cada vez son más frecuentes las temperaturas frías, también es más común ver gente con tos, estornudos y que se esté aclarando la garganta. Esto porque las bajas temperaturas provocan más enfermedades, así lo indica el Sistema de Salud de la Universidad NorthShore, en Estados Unidos.
Ante ello, lo mejor es mantener fuerte tu sistema inmunológico para combatir la enfermedad. Pero si no te gusta tomar medicamentos, existen formas comprobadas científicamente para estimular tu sistema inmune de manera natural. Aquí te dejamos algunas cortesía de NortShore:
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1. Ajo fresco. El ajo es un antiguo remedio para el resfriado. Es un antibacteriano, antiviral y antifúngico muy potente. Un diente de ajo se puede picar crudo, dejar reposar durante 10 minutos y mezclar con miel. No hay efectos secundarios con el ajo, aparte de la respiración intensa.
2. Zinc. Hay evidencia que demuestra que el zinc es efectivo para disminuir los síntomas del resfriado. Una solución simple es una pastilla de zinc, que alivia la garganta.
3. Agua salada. Esto es más una medida de comodidad, pero hacer gárgaras con agua salada ayuda a reducir la inflamación de la garganta porque la sal elimina el agua de los tejidos. Intenta hacer gárgaras una vez cada hora con una cucharadita de sal marina en agua.
4. Extracto de baya de saúco negro (Sambucus nigra). Hay evidencia que demuestra que con este extracto puedes reducir la duración de los síntomas de la gripe. Se puede tomar directamente, como un jarabe o como un té.
5. Equinácea. Varios estudios han demostrado que el extracto de equinácea aumenta la cantidad de glóbulos blancos, que ayudan a combatir las infecciones, y pueden acortar la duración de un resfriado.
6. Hidratación. Mantenerte hidratado(a) disminuye la probabilidad de que los virus puedan entrar a tu organismo. Pequeñas grietas en las membranas mucosas son la forma en que los virus ingresan a nuestro sistema. Si estás hidratado(a), dichas membranas no se agrietan, lo que impide la entrada de los virus. Por ello, si viajas en avión durante la siguiente temporada de vacaciones, comienza a hidratarte desde el día anterior y a lo largo del día en que viajes, para mantenerte protegido de una mayor exposición a los gérmenes.
