La congelación ocurre cuando el tejido se daña por haber sido expuesto al frío extremo. De ahí que sea sumamente importante resguardarse en el hogar a la brevedad, una vez que se manifiesten las primeras posibles señales de advertencia.

La Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos menciona que dichos síntomas pueden incluir:

  1. Entumecimiento en partes del cuerpo expuestas al frío.
  2. Sensación de congelación en la piel.
  3. Piel y tejido subyacente que se sienten duros, sólidos o congelados.
  4. Cambios en el color de la piel, incluyendo blanco o gris.
  5. Una textura cerosa en la piel.

Como lo sugiere su nombre, la congelación se refiere a partes de tejido corporal congeladas. También llamadas “quemaduras por frío”, generalmente afectan sólo la piel, pero pueden ser más profundas, y deben tratarse cuidadosamente para impedir lesiones permanentes en el tejido corporal.

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Los niños son más propensos a padecer congelaciones que los adultos, ya que pierden calor más rápido y suelen ser más reacios a dejar de jugar al aire libre en los días de invierno, en vez de resguardarse en un interior y calentarse.

Puedes contribuir a que tú y tu familia no sufran congelaciones abrigándose con múltiples capas de ropa, asegurándose de que se protegen del frío en los días invernales entrando en un interior a intervalos regulares, y aprendiendo a detectar los signos de congelación que te mencionamos anteriormente.

Consulta a tu médico a la brevedad si presentas algún síntoma de congelación, a fin de recibir el tratamiento adecuado según la lesión.

 

Vía: Health Library / Kids Health