Cáncer, Corazón, Obesidad y nutrición, Salud Mental
Una manera de proteger el organismo de los efectos negativos del estrés y hacer más lento el proceso de envejecimiento a nivel celular es tener hábitos saludables de ejercicio, una dieta balanceada y un descanso adecuado.
Así lo señala un estudio, encabezado por Eli Puterman, de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en el que se dio seguimiento a 239 mujeres con postmenopausia que no fumaron durante un año.
La investigación, encontró que los eventos estresantes se relacionan con un mayor encogimiento de las capas que protegen los extremos de los cromosomas, conocidos como telómeros, los cuales afectan la velocidad con la que envejecen las células.
A medida que los telómeros se acortan, las células envejecen y mueren; y aunque esto sucede de forma natural con la edad, conductas malsanas, como fumar, la falta de sueño y una alimentación deficiente, pueden hacer que suceda antes. Asimismo, el estrés emocional crónico también se ha vinculado con unos telómeros más cortos.
Este tipo de envejecimiento celular se ha relacionado con padecimientos asociados con la edad, como los cardiovasculares, la enfermedad del Alzheimer y el cáncer.
Así, para el estudio, se tomaron pruebas de sangre (al inicio y al final) a las mujeres que participaron; se sometieron a revisiones periódicas de su actividad física, dieta y sueño; y reportaron los momentos estresantes que había ocurrido en ese año.
Los investigadores se enfocaron en los eventos vitales realmente estresantes, como perder el trabajo, la muerte de un ser querido o convertirse en la cuidadora de un pariente enfermo, y apuntaron que este tipo de situaciones provocaba un mayor declive en la longitud de los telómeros en las mujeres que llevaban conductas menos saludables.
«Hallamos que en un periodo de un año, mientras más factores estresantes presentaba una mujer, más probable era que sus telómeros se encogieran», comentó el autor del estudio.
En cambio, las mujeres que mantenían un estilo de vida activo, comían y dormían bien, parecieron protegidas de los efectos del estrés y sus telómeros no mostraron un encogimiento adicional significativo.
Los resultados, que aparecen en la revista Molecular Psychiatry, muestran la importancia de mantener un estilo de vida saludable en los periodos difíciles de la vida; en tanto, amplía la comprensión sobre cómo una vida sana afecta el proceso de envejecimiento.
A pesar de que la investigación se limitó a mujeres, los expertos sugirieron que tiene sentido que los hallazgos se apliquen también a los hombres. En todo caso, el estudio no prueba una relación causal, por lo que el siguiente paso será realizar ensayos aleatorios para ver si el ejercicio se puede usar para ralentizar el envejecimiento celular.
Vía: HealthDay News
