De acuerdo con la American Lung Association (ALA), la obesidad puede tener un papel en el asma de dos maneras.

En primer lugar, la obesidad aumenta el riesgo de que una persona desarrolle asma. La ALA indica que el 11% de los adultos con obesidad desarrollan asma en comparación con el 9% de los que no padecen obesidad y tienen asma.

Las personas con obesidad y asma suelen experimentar síntomas de asma exacerbados y les resulta más difícil controlar sus síntomas con medicamentos.

En segundo lugar, la obesidad puede dar lugar a complicaciones que también afectan al asma. Por ejemplo, una persona tiene un mayor riesgo de desarrollar depresión, lo que puede empeorar los síntomas de asma.

Otra posible complicación de la obesidad es la apnea obstructiva del sueño, que también puede exacerbar los síntomas del asma.

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Según un gran estudio grupal del 2023, la obesidad es un factor de riesgo bien conocido para desarrollar asma.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) descubrieron que las personas con obesidad poseen una mayor prevalencia de asma que aquellas en un rango de peso moderado, independientemente de la raza.

Los CDC también señalaron que las mujeres con obesidad tienen una mayor prevalencia de asma en comparación con los hombres. Las estadísticas revelan que los varones no muestran una diferencia importante en la prevalencia del asma entre los rangos de peso.

Finalmente, los CDC hallaron que las tasas de prevalencia del asma aumentaron más en las personas con sobrepeso. Las personas en un rango de peso moderado o con obesidad no observaron un aumento importante en las tasas de asma.

 

Fuente: Medical News Today