Realizar actividad física tanto como te sea posible ayuda a proteger tu salud. Y aunque los beneficios de ejercitarte superan con creces cualquiera de sus posibles riesgos, no siempre es así. Esto significa que debes escuchar a tu cuerpo cuando percibas que algo está mal mientras haces ejercicio, así lo aconseja el sitio web Total Access Medical, LLC.

Por ello, aquí te mencionamos 8 señales de alerta que nos avisan cuando hay que detener la actividad física de inmediato, para que en el futuro cercano, te tomes con calma la práctica de cualquier tipo de ejercicio.

1) Mareos bruscos, latidos cardíacos irregulares o falta de aliento inusual

Esto indica que tu cerebro, corazón o tejidos musculares de tu cuerpo no están recibiendo suficiente sangre, y podrían advertir sobre un problema cardiovascular potencialmente grave, como un ataque al corazón.

2) Sientes que los músculos «te queman»

Esto significa que el ácido láctico, que se produce cuando el cuerpo descompone los carbohidratos para usarlos como energía, está haciendo que tus músculos se tornen ácidos. Aunque esto es necesario para aumentar la fuerza muscular y la resistencia, es recomendable que tan pronto sientas la sensación de ardor, comiences a hacer ejercicio a muy baja intensidad hasta que desaparezca la sensación de quemadura; luego, aumenta de nuevo y gradualmente la intensidad. Repite este proceso a lo largo de tu entrenamiento.

3) Dolor o ternura que no desaparece

Si siente el más mínimo dolor o sensibilidad en un lugar específico mientras hace ejercicio, deténgase por un día para protegerse de una lesión por sobreuso en un hueso, tendón o ligamento. No reanude el ejercicio hasta que el dolor o la sensibilidad hayan desaparecido por completo.

4) Escalofríos, dolor de cabeza, ardor muscular intenso o visión borrosa

Estos síntomas indican un posible golpe de calor, una condición potencialmente mortal. La temperatura de tu cuerpo podría ser tan alta que necesitará enfriarse de inmediato para evitar daños cerebrales, así que deja de hacer ejercicio de inmediato.

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5) Músculos adoloridos y rígidos el día después de una sesión de entrenamiento

También conocido como dolor muscular de inicio tardío, suele manifestarse de ocho a 24 horas después de un ejercicio intenso que ejerce demasiada fuerza sobre los músculos. Si esto ocurre, haz ejercicio a un nivel moderado durante la cantidad de días que sea necesario para que desaparezca el dolor; después, reanuda tus entrenamientos más intensos y difíciles.

6) Frecuencia cardíaca elevada al despertar

Una forma de verificar tu nivel de condición física es medir tu frecuencia cardíaca en reposo, que es la cantidad de veces que tu corazón late por minuto mientras estás descansando. En general, debe ser inferior a 90 latidos por minuto. A medida que mejoren tus niveles de condición física y cardio, esta tasa disminuirá gradualmente, lo que es una señal de que tu corazón y tus músculos están trabajando de manera más eficiente.

7) Comenzar demasiado rápido

Irónicamente, las personas que están fuera de forma se benefician más del ejercicio, pero también tienen un mayor riesgo de problemas cardíacos repentinos mientras lo practican. Por ello, es importante calentar, mantener el ritmo y no hacer mucho ejercicio demasiado pronto.

Desarrollar una actividad más intensa también ayuda a familiarizarte con la forma en que tu frecuencia cardíaca, sudor, nivel de fatiga y calor corporal cambian.

8) Hinchazón o dolor en las articulaciones

A veces es normal y está bien que aumente el dolor muscular menor, pero el dolor en las articulaciones es un asunto distinto. Cualquier tipo de hinchazón es una indicador de daño agudo en el tejido blando o en la articulación. Asimismo, hay situaciones en donde el dolor articular no se acompaña inmediatamente de hinchazón, y es cuando hay que tener más cuidado, pues si ignoras el dolor articular severo, corres el riesgo de sufrir un daño nervioso grave que podría requerir cirugía.

Por ello, si comienzas a notar que tus tendones duelen de manera anormal y tus músculos se cansan fácilmente durante el entrenamiento, tómate un descanso y hazte un chequeo.

RECUERDA: Si experimentas uno o varios de estos síntomas, deja de hacer ejercicio y busca ayuda médica inmediata, pues algunos de ellos quizás requieran atención médica de urgencias en un hospital. Tu médico realizará pruebas para diagnosticar si tus síntomas son causados ​​por una afección médica subyacente o si son benignos.

 

Vía: Total Access Medical, LLC