Las inyecciones de cortisona suelen usarse para tratar problemas relacionados con las articulaciones. Estas pueden brindar alivio del dolor a largo plazo al disminuir la inflamación en los espacios articulares y los tejidos conectivos.

Tales inyecciones generalmente son seguras y los efectos secundarios son raros.

La mayoría de los proveedores de atención médica recomiendan recibir una inyección de cortisona no más de tres veces al año en una sola articulación y no más de seis veces al año en total. Generalmente, también recomiendan espaciar cada inyección al menos 12 semanas.

Recibir demasiadas inyecciones de cortisona puede causar problemas graves, como daño al cartílago y muerte ósea. También puede dificultar el control de otras enfermedades como la diabetes.

El objetivo de una inyección de cortisona es mejorar el dolor y la inflamación. La cortisona no trata la afección subyacente, únicamente los síntomas.

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Como dijimos, las inyecciones de cortisona se utilizan para tratar muchos problemas de las articulaciones, los cuales incluyen:

  • Bursitis
  • Tendinitis
  • Dedo en gatillo
  • Síndrome del túnel carpiano
  • Codo de tenista
  • Artritis de rodilla
  • Muchos tipos de lesiones por uso excesivo

RECUERDA: La cortisona es un tipo de hormona esteroide que actúa disminuyendo la inflamación. La inflamación es la respuesta normal del cuerpo a una lesión, infección o enfermedad como medio para curarse a sí mismo. No obstante, cuando una afección es persistente y la inflamación es crónica, los síntomas de la inflamación, incluyendo el dolor y la hinchazón, pueden volverse intolerables.

Al disminuir la inflamación en el espacio articular con cortisona, se puede reducir el dolor y la hinchazón, así como mejorar la movilidad articular. Las inyecciones administradas en el espacio articular se denominan inyecciones intraarticulares.

 

Fuente: Very Well Health