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Un estudio preliminar encontró que los niños que recibirán cirugía no se asustan cuando el personal de esta área utiliza equipo de protección personal (EPP), y muchos de ellos se sienten tranquilos con el uso del equipo.

La ansiedad es común antes, durante y después de una cirugía y puede provocar complicaciones como dolor y retraso en la recuperación. Se ha expresado la preocupación de que ver al personal usando EPP como capuchas, máscaras y batas durante la pandemia de coronavirus podría aumentar la ansiedad entre los niños que se someten a cirugía.

Para determinar si esto era cierto, los investigadores evaluaron a 63 niños, de entre 2 y 16 años, por ansiedad antes de la cirugía.

La mitad no tenía ansiedad y no hubo diferencias significativas en los niveles de esta entre los que recibieron un sedante y los que no, reveló el estudio.

Lo anterior sugiere que el EPP no tuvo un efecto mayor en los niños no sedados que en los que recibieron un sedante para controlar su ansiedad, apuntaron los investigadores del Hospital de Niños Alder Hey, en Liverpool, Inglaterra.

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También preguntaron a los jóvenes que tenían programada una cirugía ambulatoria cómo se sentían acerca del EPP. El 65 por ciento dijo que los hacía sentir seguros y felices. Ninguno dijo que les hiciera sentir ansiosos.

Los investigadores también descubrieron que los padres sobreestimaron el miedo de sus hijos al EPP.

La investigación se presentó durante la reunión de invierno de la Asociación de Anestesistas, que tuvo lugar la semana pasada de manera virtual.

Los autores dijeron que sus hallazgos fueron sorprendentes.

«Esperábamos que algunos niños tuvieran miedo porque el personal usaba equipo de protección personal», señaló la doctora Charlotte Berwick, autora del estudio

«Existe tal mezcla de diferentes máscaras, capuchas y batas en uso en nuestro hospital que creímos que, al menos, algunos pacientes se sentirían ansiosos al ser atendidos por personal de salud cuya voz suena rara y y se asemejan a apicultores, grafiteros, herreros y astronautas», dijeron los autores. Sin embargo, «ni un solo niño usó las palabras ansioso, nervioso o asustado para describir cómo los hacía sentir el EPP».

 

Vía: Health Day News