De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), en 2020, la cantidad de muertes por enfermedad hepática alcohólica fue de 29,505, mientras que se estima que todas las causas de enfermedad hepática crónica y cirrosis conducen a 12 muertes por cada 100,000 personas al año.

La enfermedad hepática alcohólica se clasifica en cuatro etapas principales:

  • Hígado graso alcohólico
  • Hepatitis alcohólica
  • Fibrosis
  • Cirrosis

El daño hepático puede afectar a todo el cuerpo, y una vez que comienza, puede pasar mucho tiempo para que se note, ya que el hígado suele ser muy efectivo para regenerarse y repararse a sí mismo. Comúnmente, cuando los médicos detectan el daño, ya es irreversible.

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Los primeros signos de la enfermedad hepática alcohólica son difíciles de detectar y afectan una variedad de sistemas en el cuerpo.

Junto con una sensación general de malestar, los síntomas pueden incluir:

  • Dolor en el abdomen
  • Náuseas y vómitos
  • Diarrea
  • Disminución del apetito

Puede ser fácil para alguien descartar los primeros síntomas como los efectos de un virus estomacal o de malestar general. No obstante, dejar estos síntomas sin diagnosticar ni tratar, especialmente mientras se continúa consumiendo alcohol, puede conducir a una progresión más rápida de la enfermedad hepática con el tiempo.

 

Fuente: Medical News Today