Debido a que generalmente no se presentan síntomas, no es fácil detectar la enfermedad del hígado graso, así lo advierte la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Tu médico puede sospechar que la tienes si recibes resultados anormales en tus pruebas hepáticas que hayan sido realizadas por otras razones. Para concretar un diagnóstico, tu médico se basará en lo siguiente:

  • Tu historial médico
  • Un examen físico
  • Varias pruebas, incluyendo pruebas de sangre y de diagnóstico por imagen y, en ocasiones, una biopsia

Como parte del historial médico, tu doctor te preguntará sobre tu consumo de alcohol, para averiguar si la grasa en el hígado es un signo de enfermedad de hígado graso alcohólico o de hígado graso no alcohólico (EHGNA). Ella o él también te preguntarán qué medicamentos tomas, para tratar de determinar si uno de ellos está causando la afección.

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Durante el examen físico, tu médico examinará tu cuerpo y medirá tu peso y altura. Asimismo, buscará signos de enfermedad de hígado graso, como por ejemplo:

  • Un hígado agrandado
  • Signos de cirrosis, como ictericia (una afección que hace que la piel y el blanco de los ojos se tornen de color amarillo)

Es probable que te hagan análisis de sangre, incluyendo pruebas de función hepática y hemogramas. En algunos casos, también es posible que te hagan estudios de imagen, como aquellos que buscan grasa y rigidez en el hígado. La rigidez en dicho órgano podría significar fibrosis, que es la cicatrización del hígado. En algunos casos, también podrías necesitar una biopsia para confirmar el diagnóstico y verificar qué tan grave es el daño hepático.

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine