El objetivo general de la rehabilitación es ayudar a las personas a recuperar su independencia y capacidades. Sin embargo, las metas específicas son diferentes para cada paciente, pues dependen de la causa del problema y de las capacidades que se perdieron, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Por ejemplo:
- Una persona que sufrió un derrame cerebral puede necesitar rehabilitación para poder bañarse o vestirse sin ayuda.
- Una persona activa que tuvo un ataque cardíaco puede requerir rehabilitación cardíaca para volver a hacer ejercicio.
- Una persona con una enfermedad de pulmón puede tener rehabilitación pulmonar para respirar más fácilmente y mejorar su calidad de vida.
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Durante un programa de rehabilitación, un equipo de especialistas trabaja con el paciente para establecer necesidades, metas y un plan de tratamiento. Algunos tipos de tratamientos que se incluyen en este plan pueden ser:
- Aparatos de asistencia.
- Terapia de rehabilitación cognitiva.
- Consejería de salud mental.
- Terapia musical o artística.
- Consejería nutricional.
- Terapia física para ayudarle con su fuerza, movilidad y condición física.
- Terapia del habla y lenguaje.
- Tratamiento para el dolor, entre otros.
Es posible que necesites ayuda en casa para realizar ciertas actividades, como:
- Cuidado personal, como tomar un baño, comer, vestirte e ir al baño.
- Labores del hogar, como cocinar, limpiar, lavar ropa y hacer las compras.
- Atención médica, como conducir a las consultas, administrar tus medicamentos y usar equipo médico.
Acércate a tu familia y amigos si lo necesitas. Considera que, en algunos casos, el especialista puede ir a tu casa —dependiendo de tus necesidades—. Ante cualquier duda, consulta a un profesional de la salud.
Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos