El objetivo general de la rehabilitación es ayudar a las personas a recuperar su independencia y capacidades. Sin embargo, las metas específicas son diferentes para cada paciente, pues dependen de la causa del problema y de las capacidades que se perdieron, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

Por ejemplo:

  1. Una persona que sufrió un derrame cerebral puede necesitar rehabilitación para poder bañarse o vestirse sin ayuda.
  2. Una persona activa que tuvo un ataque cardíaco puede requerir rehabilitación cardíaca para volver a hacer ejercicio.
  3. Una persona con una enfermedad de pulmón puede tener rehabilitación pulmonar para respirar más fácilmente y mejorar su calidad de vida.

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Durante un programa de rehabilitación, un equipo de especialistas trabaja con el paciente para establecer necesidades, metas y un plan de tratamiento. Algunos tipos de tratamientos que se incluyen en este plan pueden ser:

  • Aparatos de asistencia.
  • Terapia de rehabilitación cognitiva.
  • Consejería de salud mental.
  • Terapia musical o artística.
  • Consejería nutricional.
  • Terapia física para ayudarle con su fuerza, movilidad y condición física.
  • Terapia del habla y lenguaje.
  • Tratamiento para el dolor, entre otros.

Es posible que necesites ayuda en casa para realizar ciertas actividades, como:

  • Cuidado personal, como tomar un baño, comer, vestirte e ir al baño.
  • Labores del hogar, como cocinar, limpiar, lavar ropa y hacer las compras.
  • Atención médica, como conducir a las consultas, administrar tus medicamentos y usar equipo médico.

Acércate a tu familia y amigos si lo necesitas. Considera que, en algunos casos, el especialista puede ir a tu casa —dependiendo de tus necesidades—. Ante cualquier duda, consulta a un profesional de la salud.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos