El cerumen (o cera de oído) sirve para proteger el canal auditivo y el tímpano de la suciedad y los gérmenes, pero si se acumula puede ocasionar una pérdida auditiva temporal. Los avisos incluyen un tapón duro y ceroso en el oído de tu niño(a) y quejas debidas a dolor de oído.

Si tu hijo(a) tiene dificultad para escuchar, quizás tenga líquido o una infección detrás del tímpano en lugar de una acumulación de cera, por lo que es importante que consulten a su pediatra.

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Asimismo, es mejor dejar que el médico trate el problema si tu niño(a) tiene menos de 12 años. Si se trata de un adolescente, puedes intentar ablandar la cera con unas gotas de aceite mineral, aceite de oliva o líquido de cera comercial dos veces al día durante varios días. Las gotas para los oídos, como el peróxido de carbamida, eliminan la cera; el polipéptido de trietanolamina la suaviza. Utiliza estas gotas para los oídos periódicamente cada tres o cuatro semanas con previa autorización del médico de tu hijo(a). Hacer que se acueste con la cabeza sobre una almohadilla térmica también puede ayudar a ablandar la cera rebelde.

Nunca uses una jeringa para oídos para enjuagar el oído de un niño y desalojar la cera: esto podría dañar su tímpano.

Finalmente, toma en cuenta las siguientes precauciones: no intentes ablandar la cera en el oído de tu hijo(a) si experimenta dolor de oído, síntomas de resfriado o si ha sufrido alguna lesión auditiva que podría haber perforado su tímpano. En su lugar, llama inmediatamente a su pediatra. También debes ponerte en contacto con el médico si hay pérdida de audición que continúa o si no logras eliminar la cera endurecida.

 

Fuente: Health Day