Aunque algunas personas tienen más cerumen que otras, en general el oído produce tanta cera como requiere. Es raro que los oídos de los niños produzcan demasiada cera. Pero a veces, la cera puede acumularse y bloquear el canal auditivo, especialmente cuando se empuja con un dedo, un hisopo de algodón u otro objeto. A esto se le llama «impactación», y si afecta la audición o causa dolor o malestar, es necesario acudir con un médico para que lo elimine.

Cabe destacar que los padres y los niños no deben intentar quitarse el cerumen en casa, incluso con remedios que prometen ser seguros y efectivos. Si lo haces, corres el riesgo de dañar el canal auditivo y, posiblemente, la audición de tu niño.

Por ello, aquí te mencionamos las dudas más comunes en torno a problemas de cerumen en los niños y qué debes hacer para resolverlos:

1. ¿Puede la cera interferir con la audición de mi hijo?

Solo si hay una gran acumulación de ella. La cera sirve para proteger el canal auditivo y el tímpano de la suciedad y los gérmenes, pero si se acumula, puede causar una pérdida temporal de la audición. Los signos más comunes incluyen un tapón duro y ceroso en el oído de tu hijo y quejas de dolor de oído.

Si tu niño tiene dificultad para escuchar, es posible que tenga líquido o una infección detrás del tímpano en lugar de una acumulación de cera. En estos casos, consulta a su pediatra.

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2. ¿Qué puedo hacer con la acumulación de cerumen?

Es mejor dejar que el pediatra trate el problema si tu hijo es menor de 12 años. Si se trata de un adolescente, puedes intentar ablandar la cera con unas gotas de aceite mineral, aceite de oliva o líquido de cera comercial dos veces al día durante varios días. Las gotas para los oídos, como el peróxido de carbamida, hacen burbujear la cerilla; el polipéptido de trietanolamina la ablanda. Usa estas gotas para los oídos periódicamente cada tres o cuatro semanas. Hacer que tu hijo se recueste con la cabeza sobre una almohadilla térmica también puede ayudar a ablandar la cera rebelde.

Asimismo, nunca utilices una jeringa para enjuagar el oído de un niño y sacar la cera: esto podría dañar su tímpano.

Algunas precauciones: no intentes ablandar la cera del oído de tu hijo si tiene dolor, síntomas de resfriado, si le colocaron tubos de ventilación auditiva (usados para tratar infecciones), o si incluso se perforó el tímpano. En su lugar, comunícate con el pediatra de tu niño. También debes ponerte en contacto con el médico si la pérdida de audición continúa o si no logras eliminar la cera endurecida.

3. ¿Drenar el oído de mi hijo se relaciona con el cerumen?

Posiblemente. Si el líquido es de color marrón amarillento, se siente pegajoso y se drena sin dolor, es probable que sea cerumen el que se haya abierto camino hacia el oído externo. Por otro lado, una secreción blanca turbia puede significar una infección de oído. Este líquido puede drenar a través de un pequeño orificio en el tímpano o de los tubos de ventilación en un niño con antecedentes de infecciones crónicas de oído. La sangre o la secreción maloliente pueden indicar una infección causada por un cuerpo extraño (como una cuenta o un chícharo) que el niño pudo haber introducido en su oído. Informa cualquier sangrado dentro del oído a su pediatra.

4. ¿Cómo puedo prevenir los problemas de cerumen?

Para empezar, nunca uses un hisopo con punta de algodón para limpiar los oídos de tu hijo o eliminar la cera. Esto solo empacará la cera profundamente en el canal auditivo, donde es difícil —y peligroso— de remover; un hisopo con punta de algodón también puede perforar un tímpano. Recuerde que todo el mundo tiene cerumen; no es un signo de mala higiene. Para limpiar las orejas de tu hijo, simplemente limpia la parte exterior de cada oreja con un paño tibio. Y enséñale a tu niño a no meterse nada más pequeño que su codo en la oreja.

 

Vía: Kid’s Health / Health Day News