Las infecciones de oído son la razón más común por la que los padres llevan a sus hijos al médico, así lo indica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Estadísticas recientes muestran que 3 de cada 4 niños tendrán al menos una infección de oído antes de su tercer cumpleaños. Los adultos también pueden contraer tales infecciones, pero son menos comunes.

La infección suele afectar al oído medio y se denomina otitis media. En esta, los conductos que se ubican dentro de los oídos se obstruyen con líquido y mucosidad, lo que puede afectar la audición debido a que el sonido ya no es capaz de atravesar todo ese líquido.

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Por ello, si tu hijo(a) no tiene la edad suficiente para decir «Me duele el oído», te dejamos algunas señales que te permitirán detectar infecciones en su oído:

  1. Jalarse o rascarse mucho las orejas
  2. Llorar más de lo normal
  3. Líquido que sale del oído
  4. Problemas para dormir
  5. Dificultades de equilibrio
  6. Problemas de audición

Tu médico diagnosticará una infección tras revisar el interior del oído con un instrumento llamado otoscopio.

Generalmente, este tipo de infecciones desaparecen por sí solas. Tu doctor puede recomendarte analgésicos. Las infecciones graves y las infecciones en bebés pequeños podrían requerir antibióticos.

Los niños que contraen infecciones con frecuencia tal vez necesiten cirugía para colocar pequeños tubos dentro de sus oídos. Estos alivian la presión auditiva para que el niño pueda escuchar de nuevo.

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine