El deporte es uno de los pilares básicos para la salud integral de todas las personas. En los niños, particularmente, favorece su desarrollo y los ayuda a formar bases importantes para practicar hábitos saludables. No obstante, el riesgo de lesiones también es latente, siendo la rodilla de saltador una afección común en los pequeños.

Se le denomina rodilla de saltador -también conocida médicamente como tendinitis rotuliana– a la inflamación o lesión del tendón rotuliano (tejido que une la rótula al hueso de la espinilla).

Conoce más: Si mi hijo hace deporte, ¿debo preocuparme por las lesiones?

Esta es una lesión que ocurre principalmente por sobrecarga. Acciones como saltar, caer y cambiar de dirección de manera constante pueden provocarla, por lo que su aparición es común en niños que practican de forma frecuente deportes como atletismo, basquetbol, voleibol, gimnasia y futbol.

Recomendaciones

Si tu hijo practica alguno de estos deportes, no impidas que los haga -ya que ofrecen una gran cantidad de beneficios-, simplemente basta con seguir algunas recomendaciones para prevenir la aparición de rodilla de saltador o alguna otra lesión:

1. Realizar un adecuado calentamiento antes de la práctica deportiva. Este debe incluir a los cuádriceps, los músculos de la corva y los de la pantorrilla.

2. Realizar un estiramiento correcto de los músculos después de un entrenamiento o un juego.

3. Utilizar el calzado adecuado para cada deporte, incluyendo que sea de la talla correcta.

Síntomas

Algunas de las señales que alertan sobre un posible caso de rodilla de saltador son:

-Dolor directamente sobre el tendón rotuliano (debajo de la rótula).

-Rigidez en la rodilla, en particular al saltar, arrodillarse, agacharse, sentarse o subir las escaleras.

-Dolor al flexionar la rodilla.

-Dolor en el cuádriceps.

-Debilidad en la pierna o la pantorrilla.

Para muchos jóvenes -y algunos padres de familia- este problema puede parecer una lesión menor que no es realmente grave, motivo por el que varios de los niños afectados siguen entrenando pese a sentir dolor.

Hacer esto no es recomendable, ya que la rodilla de saltador es una lesión que puede empeorar con el tiempo y, a la larga, requerir cirugía. Solamente la atención médica y el tratamiento oportuno pueden ayudar a prevenir el daño continuo en la rodilla.

 

Vía: Kid’s Health