Es probable que los médicos que sospechan que alguien padece gastritis o duodenitis soliciten varias pruebas para detectar causas subyacentes. Es común que soliciten muestras de sangre o heces para detectar una infección por Helicobacter pylori (H. pylori).

También pueden recomendar una prueba de aliento, en la que el paciente ingiere un líquido o una tableta y después respira en una bolsa. El médico examinará el aliento en busca de dióxido de carbono adicional, lo que podría indicar una infección por H. pylori.

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En algunos casos, los médicos pueden realizar una endoscopia para tomar imágenes del revestimiento del estómago o del duodeno. Dicho procedimiento implica insertar un pequeño tubo, o endoscopio, con una cámara en el extremo a través de la boca y hasta el estómago y el intestino delgado, a fin de investigar dicha área.

Una endoscopia permite a los médicos detectar signos de inflamación, sangrado o úlceras pépticas, así como cualquier tejido anormal.

Durante la endoscopia, el médico también puede realizar una biopsia. Utilizarán una pequeña aguja adherida al endoscopio para tomar una muestra del tejido del estómago o del duodeno. El análisis de dichos tejidos puede ayudar a los médicos a realizar un diagnóstico.

 

Fuente: Medical News Today