aditivos alimentariosCuando nos hablan de ingredientes peligrosos, automáticamente pensamos en la ingesta excesiva de sal y de azúcares refinados. Sin embargo, olvidamos un componente presente en todo lo que comemos: los aditivos alimentarios.

Estas sustancias se vuelven parte del producto cuando se agregan durante su procesamiento o producción. Pueden ser naturales o artificiales, y se agregan con el fin de:

  • Añadir nutrientes.
  • Ayudar a procesar o preparar los alimentos.
  • Mantener el producto fresco.
  • Hacer que el alimento sea más atractivo.

Lamentablemente, los ingredientes artificiales pueden provocar efectos secundarios. Una de estas sustancias es el glutamato monosódico (GMS).

El GMS es un potenciador del sabor utilizado principalmente en comidas asiáticas y alimentos procesados. En términos químicos, el GMS contiene un 78% de ácido glutámico libre, 21% de sodio y hasta 1% de contaminantes.

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Algunos estudios señalan que este ingrediente puede acarrear problemas de salud a corto y largo plazo. Entre ellos se encuentran:

  1. Dolores de cabeza.
  2. Migrañas.
  3. Espasmos musculares.
  4. Náuseas.
  5. Enrojecimiento.
  6. Sudoración.
  7. Alergias.
  8. Cansancio
  9. Ataques epilépticos.
  10. Irregularidades cardíacas.

Al conjunto de síntomas se le ha denominado Síndrome del Restaurante Chino. El tratamiento depende, en gran medida, de los malestares, que pueden ir desde dolores de cabeza leves hasta reacciones alérgicas graves.

En la mayoría de los casos, las personas se recuperan sin tratamiento y sin problemas duraderos.

Para evitar ingerir GMS en exceso, es importante comer frutas, verduras y carnes frescas. De igual manera, antes de comprar productos procesados es fundamental leer las etiquetas.

 

Vía: Medline Plus/ Rebañando.com