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El cerebro puede desempeñar un papel en el llamado síndrome del corazón roto, así lo sugiere un nuevo estudio publicado en la revista European Heart Journal.

Formalmente conocido como síndrome de Takotsubo (TTS, por sus siglas en inglés), es una afección cardíaca temporal, pero potencialmente mortal, provocada por situaciones y emociones estresantes.

En el nuevo trabajo, los investigadores querían averiguar si el incremento de la actividad metabólica relacionada con el estrés en el cerebro podría aumentar el riesgo del síndrome, por lo que analizaron imágenes cerebrales de 41 personas que posteriormente lo desarrollaron y de 63 que no lo hicieron.

Las exploraciones se realizaron en pacientes por otras razones médicas.

«Las áreas del cerebro que tienen una mayor actividad metabólica tienden a ser de mayor uso. Por lo tanto, una mayor actividad en los centros del cerebro asociados al estrés sugiere que el individuo posee una respuesta más activa al estrés», explicó el doctor Ahmed Tawakol, autor principal del estudio, director de cardiología nuclear y codirector del Centro de Investigación de Imágenes Cardiovasculares del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos).

Los investigadores hallaron que una mayor actividad en la amígdala del cerebro predijo la aparición posterior de TTS, así como el momento de inicio del síndrome. Por ejemplo, las personas con mayor actividad en la amígdala desarrollaron el síndrome un año después de sus escáneres cerebrales, mientras que aquellas con actividad intermedia en la amígdala desarrollaron el síndrome varios años después.

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«Demostramos que el TTS ocurre no solo porque la persona experimente un evento raro y terriblemente perturbador, como la muerte de un cónyuge o un hijo, como lo dicen los ejemplos clásicos. Más bien, las personas con una elevada actividad cerebral relacionada con el estrés parecen estar preparadas para manifestar TTS, y pueden desarrollar el síndrome al exponerse a factores estresantes más comunes, como una colonoscopia de rutina o una fractura ósea», explicó Tawakol.

La investigación también descubrió una asociación entre la actividad cerebral relacionada con el estrés y la actividad de la médula ósea en los individuos.

La médula ósea produce diferentes tipos de células sanguíneas que transportan oxígeno, generan respuestas inmunitarias y coagulan la sangre, por lo que la actividad cerebral relacionada con el estrés puede influir en la actividad de las células que afectan la salud del corazón, dijeron los investigadores.

Las medidas para reducir la actividad cerebral relacionada con el estrés podrían reducir el riesgo del síndrome.

«Los estudios deberían probar si tales enfoques para disminuir la actividad cerebral asociada con el estrés disminuyen la posibilidad de que el TTS se repita entre los pacientes con episodios anteriores del síndrome», indicó Tawakol.

Asimismo, dijo que se necesitan más estudios para examinar cómo el manejo del estrés o el tratamiento con medicamentos ayudarían a reducir la actividad cerebral relacionada con el estrés y, de esa forma, beneficiarían la salud del corazón.

 

Vía: Health Day News