Las vitaminas son sustancias que el cuerpo necesita para crecer y desarrollarse normalmente. Si bien diversos estudios han sugerido que determinadas vitaminas pueden reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, se ha comprobado que ninguna puede prevenirlas si no se controlan otros factores de riesgo, como una mala alimentación, fumar, el colesterol alto y la diabetes.

Vitaminas y cuidado del corazón

A decir de especialistas de Mayo Clinic, diversas investigaciones han sugerido que las vitaminas C y E pueden reducir el riesgo de enfermedad cardíaca. Pese a ello, los ensayos clínicos a mayor escala no han mostrado beneficios. 

Por su parte, la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) no recomienda tomar ninguna de esas vitaminas como forma de prevenir una enfermedad cardíaca.

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¿Qué pasa con otras vitaminas?

Así como existen investigaciones enfocadas en las vitaminas C y E, especialistas también han llevado sobre la mesa algunos indicios de una relación entre los bajos niveles en sangre de la vitamina D y la enfermedad cardíaca. Sin embargo, en la mayoría de las investigaciones, se demostró que tomar vitamina D con o sin calcio no reduce el riesgo de enfermedad cardíaca ni de sus complicaciones. 

¡Recuerda mantener buenos hábitos!

En general, la mayoría de las personas que están sanas y llevan una alimentación saludable no necesitan tomar vitaminas a diario. Si te preocupa tu nutrición, consulta con un profesional de la salud si tomar una vitamina a diario podría ser una buena opción para ti.

Otra opción —tal vez la más recomendable— es agregar alimentos ricos en nutrientes a tu dieta. Por ejemplo:

  • Verduras.
  • Frutas.
  • Frutos secos.
  • Aceites saludables.
  • Granos integrales.
  • Dos porciones de pescado por semana —como mínimo— para ayudar a proteger tu corazón. 

No olvides limitar el consumo de sal, grasas trans y grasas saturadas.

 

Fuente: Mayo Clinic