Todos los granos aportan carbohidratos complejos, vitaminas y minerales clave para el organismo. Sin embargo, los granos integrales forman parte importante de una dieta saludable, según especialistas de Mayo Clinic.

Al ser naturalmente ricos en fibra, los granos integrales ayudan a brindar saciedad, lo que hace que sea más fácil mantener un peso corporal saludable. De igual forma, se relacionan con un riesgo más bajo de sufrir enfermedades cardíacas, diabetes, ciertos tipos de cáncer y otros problemas de salud.

Las pautas alimentarias estadounidenses recomiendan que al menos la mitad de todos los granos que se consumen sean integrales. Algunos ejemplos de granos integrales son:

  • Cebada.
  • Arroz integral.
  • Alforfón.
  • Mijo.
  • Avena.
  • Palomitas de maíz.

No siempre es fácil saber qué tipo de granos tiene un producto, especialmente el pan. Si no estás seguro de si algo contiene granos integrales, consulta la etiqueta del producto o la etiqueta de información nutricional. 

Conoce más: ¿Cómo incorporar más granos integrales en tu desayuno?

Recomendaciones

  1. Disfruta de desayunos que incluyan cereales integrales.
  2. Reemplaza el arroz blanco por quinua, arroz integral, arroz silvestre o cebada.
  3. Agrega granos integrales, como arroz integral cocido o pan rallado integral, a la carne molida para obtener más volumen.

Comer una variedad de granos integrales no solo te garantiza que obtengas más nutrientes que promueven la salud, también ayuda a que tus comidas y refrigerios sean más interesantes.

Evita los granos refinados, recuerda que estos se muelen para eliminar el germen y el salvado, lo que les da una textura más fina y prolonga su vida útil. Sin embargo, el proceso de refinación también elimina muchos nutrientes, incluida la fibra. 

Los granos refinados incluyen la harina blanca, el arroz blanco y el pan blanco. Muchos panes, cereales, galletas saladas, postres y pasteles se elaboran con granos refinados.

 

Fuente: Mayo Clinic