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Las sustancias adictivas poseen una relación bidireccional con la salud mental. Los problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, pueden presentarse antes que la adicción.

Sin embargo, el uso de sustancias también puede desencadenar los síntomas de estas condiciones y hacer que se desarrollen cuando no estaban presentes antes.

La adicción no solo afecta una variedad de funciones corporales, sino que además cambia la maneras en la que una persona piensa. El consumo de sustancias altera el funcionamiento de algunos circuitos cerebrales.

Conoce más: ¿Cuál es la diferencia entre adicción y abuso de sustancias?

A continuación te mencionamos algunas complicaciones psicológicas del abuso de sustancias adictivas:

  1. Sustancias psicoactivas: muchas sustancias causan directamente alucinaciones y efectos psicológicos a largo plazo que pueden provocar problemas graves de salud mental. Por ejemplo, el uso excesivo de LSD podría dar lugar a un deslizamiento de la realidad y a una psicosis inducida por la sustancia.
  2. Depresión: un estudio del 2014 vinculó el uso de por vida de varias sustancias diferentes con mayores niveles de depresión. La ansiedad, la inquietud, la culpa y la vergüenza también pueden ser el resultado de la dependencia prolongada a sustancias y de la adicción conductual.
  3. Soledad: las personas con adicción tienden a alejar a las personas más cercanas a ellas, y esto elimina o reduce drásticamente la red de apoyo de un individuo cuando más lo necesita. Lo anterior puede impulsar un mayor consumo de sustancias y empujar a las personas con adicción hacia complicaciones más graves.
  4. Circunstancias adversas: la adicción a sustancias puede llevar a que las personas tengan problemas financieros, falta de vivienda, actividad delictiva y prisión. El deterioro de las circunstancias personales aumenta los niveles de estrés, depresión, ansiedad y otras condiciones de salud mental.
  5. Suicidio: un estudio del 2015 reveló que seis veces más personas que abusan regularmente de los opiáceos intentan alguna forma de suicidio, en comparación con aquellas que no abusan de los opiáceos. La tasa de muerte por suicidio fue de dos a tres veces mayor en las personas que tenían dependencia a los opiáceos.

 

Fuente: Medical News Today