El núcleo se compone de los músculos que rodean tu tronco, incluidos los abdominales, los oblicuos, el diafragma, el piso pélvico, los extensores del tronco y los flexores de la cadera.

Cabe señalar que tu núcleo posee múltiples funciones, incluida la estabilización, el equilibrio, la respiración y el control de los intestinos y la vejiga.

Movilidad espinal

Aunque a menudo pensamos en los músculos centrales como estabilizadores importantes (porque lo son), también son los músculos responsables de movilizar la columna a través de la flexión, extensión, flexión lateral y rotación.

Estabilidad del tronco

Durante ciertas actividades como levantar algo por encima de la cabeza, recoger algo del suelo y empujar o tirar de un objeto, los músculos centrales se contraen para mantener estable el tronco y apoyar la columna vertebral.

Estos músculos también son importantes en el levantamiento de pesas y actividades atléticas como el judo, las carreras y el fútbol. Mantener la columna vertebral estable reduce el riesgo de lesiones.

Equilibrio

Tus músculos centrales ayudan a mantener el equilibrio cuando estás de pie, así como cuando tu equilibrio se ve desafiado dinámicamente.

Por ejemplo, cuando alguien choca contigo, tu cerebro y tronco reconocen esta fuerza brusca y el cambio de equilibrio. Después, tus músculos centrales reaccionan para ayudar a mantener tu cuerpo erguido.

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Tus músculos centrales también brindan apoyo al equilibrio en actividades como el levantamiento de pesas olímpico, en donde el tronco debe reaccionar y mantenerse estable durante los cambios en la distribución del peso.

Respiración y estabilidad del tronco

Tu diafragma es un músculo importante en el control de la respiración. Tiene forma de “U” invertida y recubre las costillas inferiores. Este se aplana a medida que se contrae, dejando espacio para que tus pulmones se expandan al inhalar. Por el contrario, cuando el diafragma se relaja, comprime la cavidad pulmonar y expulsa el aire de los pulmones de manera similar a como funciona una gaita.

Además, tu diafragma puede contraerse isométricamente para contener la respiración cuando te esfuerzas por levantar algo pesado. Esta acción brinda apoyo a tu tronco para evitar lesiones y mantener la estabilidad.

Control del intestino y la vejiga

Los músculos del piso pélvico ayudan a controlar el intestino y la vejiga, lo que te permite orinar o defecar (o sostenerte si no puedes llegar al baño).

Si estos músculos no son fuertes, se produce una condición llamada incontinencia. Sin embargo, en muchos casos, estos músculos pueden fortalecerse para ayudar a prevenir o controlar esta afección.

Además, los músculos del piso pélvico y del diafragma trabajan en conjunto con el resto de tu núcleo para mantener la estabilidad de la columna al aumentar la presión abdominal en la misma.

 

Fuente: Healthline