Así como puede que no corras tan rápido o saltes tan alto como cuando eras adolescente, el poder cognitivo de tu cerebro, es decir, su capacidad para aprender, recordar y resolver problemas, se vuelve más lenta con la edad. Tal vez te resulte más difícil reunir hechos que alguna vez te resultaron familiares o dividir tu atención entre dos o más actividades o fuentes de información. Tales cambios afectan tu capacidad para concentrarte, por lo que quizás te distraigas con más facilidad que cuando eras más joven, así lo indica la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

Muchas de estas limitaciones son reversibles y están relacionadas con la falta de sueño, pero los cambios estructurales que tienen lugar en tu cerebro a medida que envejeces también pueden explicar algunos de estos desarrollos. Las regiones del cerebro involucradas en el procesamiento de la memoria, como el hipocampo y especialmente los lóbulos frontales, sufren cambios anatómicos y neuroquímicos con el tiempo.

Conoce más: 4 factores que pueden afectar la concentración

El resultado es que, debido al envejecimiento, te tardas más en absorber, procesar y recordar información nueva. La pérdida natural de receptores y neuronas que ocurren al envejecer también puede dificultar la concentración. Por lo tanto, no solo aprendes la información más lentamente, sino que también puedes tener más problemas para recordarla porque no la aprendiste completamente en primer lugar. Con un procesamiento más lento, los datos almacenados en la memoria de trabajo pueden disiparse antes de que hayas tenido la oportunidad de resolver un problema.

Además, la capacidad para realizar tareas que involucran la función ejecutiva disminuye con la edad. Muchas personas aprenden a compensar estos cambios confiando en el hábito la mayor parte del tiempo y dedicando un esfuerzo adicional para concentrarse en la nueva información que están tratando de aprender.

Incluso los dolores y molestias relacionados con el envejecimiento pueden afectar la concentración. El dolor en sí distrae y algunos de los medicamentos que se usan para tratarlo también pueden afectar la concentración.

Si tienes más dudas sobre cómo el envejecimiento afecta a la concentración, consulta a tu médico.

 

Fuente: Harvard Medical School