Es necesario comprender el progreso de desarrollo único de tu hijo(a) para interpretar, aceptar o adaptar su comportamiento (así como el tuyo propio). Recuerda, los niños tienen grandes variaciones individuales de temperamento, desarrollo y comportamiento, así lo indica la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP).

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Algunos padres encuentran útil considerar tres tipos generales de comportamiento:

  1. Comportamientos que son buscados y aprobados. Estos pueden incluir hacer la tarea, ser cortés y realizar las tareas del hogar. Estas acciones reciben elogios de forma libre y fácil.
  2. Comportamientos que no se sancionan, pero se toleran bajo ciertas condiciones, como en momentos de enfermedad (de un padre o un hijo) o estrés (una mudanza, por ejemplo, o el nacimiento de un nuevo hermano). Estos tipos de comportamiento pueden incluir no hacer las tareas del hogar, comportamiento regresivo (como hablar como un bebé) o ser excesivamente egocéntrico.
  3. Tipos de comportamiento que no pueden ni deben tolerarse ni reforzarse. Estos incluyen acciones que son perjudiciales para el bienestar físico, emocional o social del niño, los miembros de la familia y otros. Pueden interferir con el desarrollo intelectual del menor. Pueden estar prohibidos por la ley, la ética, la religión o las costumbres sociales. Suelen incluir un comportamiento muy agresivo o destructivo, racismo o prejuicio manifiesto, robo, ausentismo escolar, tabaquismo o abuso de sustancias, fracaso escolar o una intensa rivalidad entre hermanos.

Fuente: American Academy of Pediatrics