Elegir el termómetro que sea mejor para tu familia puede ser confuso. A continuación te decimos lo que debes saber sobre los termómetros más comunes.

En general, existen dos tipos de termómetros:

  • Los termómetros táctiles o de contacto, que deben tocar el cuerpo para medir la temperatura.
  • Los termómetros remotos o sin contacto, que pueden medir la temperatura corporal sin tocar la piel.

El tipo más común de termómetro de contacto utiliza sensores de calor electrónicos para registrar la temperatura corporal. Dichos termómetros se pueden utilizar en la frente, la boca, la axila o el recto. La mayoría de los termómetros electrónicos cuentan con una pantalla digital que muestra la lectura de la temperatura.

La temperatura rectal brinda lecturas más precisas para los bebés, especialmente los de 3 meses o menos, así como para los niños de hasta 3 años. Las temperaturas tomadas de la axila suelen ser las menos precisas. Para niños mayores y adultos, las lecturas orales suelen ser precisas, siempre que la boca esté cerrada mientras el termómetro está en su lugar.

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Ventajas

  • La mayoría de los termómetros electrónicos de contacto pueden registrar la temperatura de la frente, la boca, la axila o el recto, generalmente en menos de un minuto.
  • Un termómetro de contacto electrónico es apropiado para recién nacidos, bebés, niños y adultos.

Desventajas

  • Los padres pueden preocuparse por causar molestias al tomar la temperatura de un niño por vía rectal.
  • Debes esperar 15 minutos después de comer o beber para tomar la temperatura oral. De lo contrario, la temperatura de tu comida o bebida (o las de tus niños) podría afectar la lectura del termómetro.
  • Puede resultar difícil para los niños, o para cualquier persona que respire por la boca, mantener la boca cerrada el tiempo suficiente para obtener una lectura oral precisa.

 

Fuente: Mayo Clinic