Muchas personas toman suplementos de zinc a la primera señal de un resfriado, y ahora existe nueva evidencia que respalda dicho hábito, pues mediante un estudio publicado en la revista BMJ Open, investigadores australianos encontraron que dichos suplementos parecen ayudar a acortar las infecciones del tracto respiratorio, como resfriados, gripe, sinusitis y neumonía.

Muchos remedios de venta libre para el resfriado y la tos ofrecen solo «beneficios marginales», indicaron los autores, lo que hace que «el zinc sea una alternativa ‘natural’ viable para el autocontrol de infecciones del tracto respiratorio no específicas».

El estudio fue dirigido por Jennifer Hunter, profesora asociada del Instituto de Investigación de Salud NICM de la Universidad del Oeste de Sydney, en Penrith, Nueva Gales del Sur.

Según el equipo de Hunter, el zinc como nutriente ha atraído la atención de los investigadores, pues se sabe que juega un papel importante en la inmunidad, la inflamación, las lesiones tisulares, la presión arterial y en las respuestas de los tejidos a cualquier falta de oxígeno.

Para obtener más información sobre el potencial del zinc, los autores revisaron más de dos docenas de ensayos clínicos que incluyeron a más de 5,400 adultos. Todos se publicaron en 17 bases de datos de investigación en inglés y chino hasta agosto de 2020. Ninguno de ellos examinó específicamente el uso de zinc para la prevención o el tratamiento de COVID-19.

Las pastillas fueron la forma más común de ingesta de zinc, seguidas de los aerosoles nasales y los geles, comentaron los investigadores. Las dosis variaron sustancialmente, dependiendo de la formulación y si el zinc se utilizó para la prevención o el tratamiento.

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En comparación con el placebo, se estimó que las pastillas de zinc o el aerosol nasal previnieron alrededor de cinco nuevas infecciones del tracto respiratorio en 100 personas por mes, y los efectos fueron más fuertes para reducir el riesgo de síntomas más graves, como fiebre y afecciones similares a la gripe. Sin embargo, los resultados se basan en solo tres estudios, apuntó el equipo.

En promedio, los síntomas desaparecieron dos días antes con el uso de un aerosol de zinc o una formulación líquida administrada debajo de la lengua (sublingual), en comparación con un placebo, mostraron los datos.

Los pacientes que usaron un aerosol nasal o zinc sublingual tuvieron casi el doble de probabilidades de recuperarse durante la primera semana de la enfermedad que los que usaron un placebo, señalaron los autores. Y fue probable que 19 pacientes más de cada 100 aún presentaran síntomas una semana después si no usaban suplementos de zinc.

El zinc no se asoció con una reducción de la gravedad de los síntomas diarios promedio, pero se asoció con una reducción clínicamente significativa en la gravedad de los síntomas durante el tercer día de la enfermedad, descubrió el equipo de Hunter.

No se reportaron efectos secundarios graves entre los usuarios de zinc.

Con base en la información anterior, los médicos pueden ofrecer zinc como una opción de tratamiento a los pacientes «que están deseosos de tener tiempos de recuperación más rápidos, y que podrían estar buscando una prescripción de antibióticos innecesaria», finalizaron los investigadores.

 

Fuente: Health Day News