Un retraso en el desarrollo es cuando un niño parece estar aumentando de peso o altura más lentamente que otros niños de su edad y sexo. Un bebé que no ha podido desarrollarse puede parecer lento para desarrollar habilidades físicas, como darse la vuelta, pararse y caminar. El crecimiento lento también puede provocar retrasos en las habilidades mentales y sociales.

¿Qué causa el retraso en el desarrollo?

El retraso en el desarrollo puede deberse a afecciones médicas, como anemia o problemas de tiroides. Algunos niños no se desarrollan como se esperaba porque no comen lo suficiente o tienen problemas emocionales. Un niño que tiene malos hábitos alimenticios también puede tener retraso en su desarrollo.

No obtener suficientes nutrientes es la causa inmediata de la falta de crecimiento, pero la causa final puede ser complicada y difícil de determinar. El retraso en el desarrollo puede indicar depresión del cuidador u otro problema de salud mental que dificulta que la madre, el padre o el tutor interprete o responda adecuadamente a las necesidades del niño.

Conoce más: ¿Cómo sé si mi hijo tiene retraso del habla?

Tratamiento

Si el retraso en el desarrollo de tu hijo se debe a una condición de salud, es posible que tu médico pueda tratarla. Esto puede ser suficiente para ayudar a que tu hijo(a) comience a ganar peso a un ritmo normal. Si tu hijo tiene problemas emocionales o se ha visto afectado por condiciones en el hogar, quizás el tratamiento deba incluir asesoramiento y mejorar la situación en casa.

Tu médico puede recomendar que tu hijo(a) reciba terapia nutricional en el hospital. Es posible que tu niño(a) pueda desarrollarse a un ritmo normal si el período de retraso del crecimiento ha sido breve.

¿Cuándo debo llamar a un médico?

Llama al 911 u otros servicios de emergencia de inmediato si:

  • Tu hijo(a) tiene dificultad para respirar.
  • Tu hijo(a) se desmaya.

Llama a tu médico para programar una cita si:

  • Tu hijo(a) parece estar perdiendo peso.
  • Tu hijo(a) está débil o muestra apatía.
  • Tu hijo(a) no comienza a prosperar como se esperaba.
  • Tu hijo(a) tiene algún síntoma nuevo.

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan Health