Tu ritmo circadiano ayuda a controlar tu horario diario de sueño y vigilia. Dicho ritmo está ligado a tu reloj biológico de 24 horas y la mayoría de los seres vivos tienen uno. Dicho ritmo está influenciado por cosas externas como la luz y la oscuridad, así como por otros factores. Tu cerebro recibe señales basadas en su entorno y activa ciertas hormonas, altera la temperatura de tu cuerpo y regula tu metabolismo para mantenerte alerta o para que te vayas a dormir.
Algunas personas pueden experimentar interrupciones en su ritmo circadiano debido a factores externos o trastornos del sueño. Mantener hábitos saludables puede ayudarte a responder mejor a este ritmo natural de tu cuerpo.
Cómo funciona
Existen varios componentes que conforman el ritmo circadiano de tu cuerpo. Es uno de los cuatro ritmos biológicos del cuerpo.
Células en tu cuerpo
Primero, las células de tu cerebro responden a la luz y la oscuridad. Tus ojos captan tales cambios en el entorno y luego envían señales a diferentes células, para avisar cuándo es hora de dormir o de despertar.
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Después, esas células envían más señales a otras partes del cerebro que activan otras funciones, que harán que te sientas más cansado(a) o alerta.
El papel de las hormonas
Las hormonas como la melatonina y el cortisol pueden aumentar o disminuir como parte de tu ritmo circadiano. La melatonina es una hormona que hace que te dé sueño, y tu cuerpo libera más durante la noche y la suprime durante el día. El cortisol puede hacer que estés más alerta y tu cuerpo produce más por la mañana.
Otros factores
La temperatura corporal y el metabolismo también son parte de tu ritmo circadiano. Tu temperatura desciende cuando duermes y aumenta durante las horas de vigilia. Además, tu metabolismo funciona a diferentes ritmos a lo largo del día.
Otros factores también pueden influir en tu ritmo circadiano. Este puede ajustarse según tus horas de trabajo, actividad física y hábitos adicionales o elecciones de estilo de vida.
La edad es otro factor que influye en tu ritmo circadiano. Los bebés, los adolescentes y los adultos experimentan los ritmos circadianos de manera distinta.
Fuente: Healthline
