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cliki_salud_adolescentes.2La investigación hacia la salud pública, y los beneficios potenciales derivados de la misma para orientar las políticas y programas relativos al tema, ha visto rendir frutos entre los adolescentes.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública de nuestro país, la demanda existente por servicios médicos muestra un panorama sobre los problemas más frecuentes que enfrenta este sector poblacional: eventos relacionados con el inicio de la actividad sexual, ya sea con miras reproductivas o no, tales como salud sexual, el VIH/SIDA o embarazo no deseado, accidentes, traumatismos y envenenamientos, cáncer, trastornos mentales, emocionales y alimenticios, tabaquismo, alcoholismo y drogadicción.

Por otro lado, los diversos temas que aborda la salud de adolescentes nos dejan ver el enorme potencial que guarda esta etapa de la vida: su gran optimismo y creatividad, su necesidad de integrarse a la sociedad productiva, a la fuerza de trabajo, su búsqueda propositiva y retadora de nuevos esquemas que ayuden a cambiar a la sociedad, así como la promesa de éxito en la vida, o de fracaso si no se ponen en marcha las estrategias adecuadas para atender sus necesidades. Por ello, la investigación juega un papel fundamental en el diseño de políticas de salud dirigidas a esta población.

En el caso del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), existe la política de aprovechar la investigación como herramienta que apoye en la toma de decisiones, a fin de reorientar las políticas de atención a grupos vulnerables.

Dicha política, orientada a la atención integral de la salud, particularmente mediante el enfoque preventivo, resulta relevante ante el planteamiento propuesto por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el que se destaca el papel de la promoción de la salud de adolescentes en el contexto del desarrollo de la familia y de la comunidad. Estos elementos componen los cimientos para que se genere un avance real en el desarrollo social, político y económico de un país, siendo el rumbo que México ha tomado desde hace ya algunos años.

La comprensión de la influencia que tiene la perspectiva de género durante el desarrollo de cada adolescente también resulta esencial para desarrollar estrategias preventivas con sensibilidad cultural, requeridas para impactar en el cambio de conductas.

Asimismo, se requiere una mayor comprensión sobre las motivaciones de los adolescentes para incurrir en conductas de riesgo, que los llevan a problemas de morbilidad como los derivados del consumo de tabaco, alcohol o drogas; o a mortalidad, ocasionada por accidentes, traumatismos y envenenamientos. En este sentido, la información derivada de la investigación social sobre dichas conductas de riesgo puede aportar datos de mucho valor para las autoridades encargadas del diseño de programas de orientación e intervención.

Los gobiernos federal y locales, las instituciones públicas y privadas, y la sociedad en general, deben priorizar el cuidar y orientar a los próximos líderes de México, para trazar las políticas de salud pertinentes que amplíen el espectro de la atención médica y lo dirijan aún más hacia la atención preventiva.

 

Vía: Académica