Los análisis de sangre son la única manera de realizar de forma confiable un diagnóstico de hipotiroidismo.

Una prueba de la hormona estimulante de la tiroides (TSH, por sus siglas en inglés) mide la cantidad de TSH que tu glándula pituitaria produce. En concreto:

  • Si tu tiroides no produce suficientes hormonas, la glándula pituitaria aumentará la TSH para incrementar la producción de hormona tiroidea. Tener niveles altos de TSH indican hipotiroidismo.
  • Si padeces hipertiroidismo, tus niveles de TSH serán bajos, ya que tu cuerpo está tratando de detener la producción excesiva de hormona tiroidea.

Una prueba de nivel de tiroxina (T4) también es útil para diagnosticar el hipotiroidismo. La T4 es una de las hormonas producidas directamente por la tiroides. Cuando se realizan juntas, las pruebas de T4 y TSH pueden ayudar a evaluar la función tiroidea.

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Generalmente, si tienes un nivel bajo de T4 junto con un nivel alto de TSH, tendrás hipotiroidismo. No obstante, si padeces hipotiroidismo subclínico, quizás tengas T4 normal con un nivel alto de TSH.

Debido a que existe un amplio espectro de enfermedades de la tiroides, tu médico tal vez ordene otras pruebas de función tiroidea para diagnosticar adecuadamente tu afección.

Si tu prueba de T4 resulta normal, tu médico también puede realizar una prueba de triyodotironina (T3). Los niveles bajos de T3 pueden indicar hipotiroidismo, aunque los niveles de T3 pueden ser normales en el hipotiroidismo subclínico.

Por último, las pruebas de anticuerpos tiroideos buscan anticuerpos en tu sangre para diagnosticar trastornos tiroideos autoinmunes, como la tiroiditis de Hashimoto.

 

Fuente: Healthline