medicina_deporte.2La Medicina del Deporte se ha vuelto día a día protagonista dentro del ámbito de las ciencias de la salud, pues es una especialidad que al promover estilos de vida más saludables, se ha colocado a la vanguardia en materia de salud pública.

El principal hábito en el que basa sus recomendaciones es la práctica sana y segura de ejercicio físico, sin importar la edad, sexo, nivel socioeconómico, de condición física o de salud, pues está comprobado que una vida activa mejora la calidad y la esperanza de vida.

El objetivo primario de la Medicina del Deporte es adaptar este hábito individualmente en cada grupo poblacional, mediante la evaluación, prescripción, control y seguimiento de distintos parámetros.

La adopción del método científico se ha convertido en un punto de referencia de esta área de la medicina, pues se ha ido amalgamando con él a fin de afrontar los nuevo retos en el rubro sanitario. Por lo anterior, esta especialidad cuenta actualmente con un nuevo modelo de formación especializada, que involucra un periodo de residencia intrahospitalaria; nuevos campos de actuación coordinada con otras especialidades médicas para el control de hábitos de vida en diferentes grupos de pacientes; e incluso nuevas estrategias para dar control y seguimiento a los deportistas de élite. Estas características avalan la fiabilidad, validez, especificidad, precisión y reproducibilidad sobre las que se sustenta la metodología científica.

Anteriormente, y durante mucho tiempo, las actuaciones deportivas respondían más a conceptos empíricos que científicos, atribuyendo el éxito dentro de esta área más a la capacidad personal de un entrenador, jugador o médico de poder conseguir respuestas extraordinarias y fuera de lo común, a las cuales solo podían acceder un grupo reducido de mortales. Sin embargo, la ausencia de rigor científico, sobre el cual se asientan las Ciencias de la Salud, era la punta de lanza que le faltaba a la Medicina del Deporte para ser tomada realmente en serio.

Gran parte de la investigación actual se basa en el trabajo multidisciplinario, en donde se incorporan profesionales capaces de responder desde sus respectivos campos de acción a una misma incógnita común a todos ellos. En la medicina esto es una constante real, siéndolo también para la Medicina Deportiva, en donde se toman en cuenta desde los aspectos genéticos sobre los que el ejercicio físico puede actuar, tanto en sentido positivo como negativo, hasta la aplicación de las nuevas tecnologías de telecomunicación y biomedicina para el control del ejercicio.

Desgraciadamente, todavía es escaza la investigación referente a esta área, la cual se produce en centros altamente especializados y se dirige principalmente al mundo del deporte. El reto principal que la sociedad ha planteado a lo largo de los años a esta disciplina es su incorporación a la actividad hospitalaria. Para ello, los médicos del deporte deben incorporar conceptos que los aproximen más a la práctica médica de las distintas especialidades, para establecer un marco de colaboración y potenciación de acciones dirigidas a los pacientes, más allá de las puramente hospitalarias o ambulatorias. Deben formar núcleos propios de investigación que cimenten su especialidad.

Además de incorporarse a la práctica médica en hospitales, la Medicina del Deporte también debe incursionar más a profundidad en la actividad escolar, deportiva, e incluso familiar, hecho que solo es plausible con la formación e investigación aplicada en todos estos campos.

 

Vía: Académica