Las caídas y las fracturas son una causa importante de discapacidad durante la vejez. Aunque te parezca sorprendente, es posible reducir los riesgos, y aportar fortaleza a los huesos, a través de un estilo de vida saludable. ¿Cual es el primer paso? Cuando se trata de la salud integral, la alimentación balanceada ocupa el primer lugar en la lista de prioridades. 

Si hablamos de la salud ósea, también se recomienda la ingesta de vitamina D y el ejercicio regular. Es sabido que la vitamina D ayuda a una mejor absorción del calcio en los huesos, en tanto que el ejercicio brinda fortalecimiento. No obstante, han surgido nuevas premisas por parte del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF), el cual señala que no hay suficiente evidencia para aconsejar o desaconsejar los complementos de vitamina D —hablando de prevención de huesos rotos—.

Ante ello, además de la dieta saludable, se aconseja tener como aliada a la actividad física y, en algunos casos, recurrir a evaluaciones médicas para ayudar a las personas mayores con su equilibrio.

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Vitamina D, ¿sí o no?

Es un hecho que la vitamina D influye en la salud ósea, razón por la que se recomienda adquirirla naturalmente, es decir, mediante la exposición a los rayos solares. Pese a ello, no se ha comprobado que sea un determinante para prevenir las fracturas.

«No está claro si la vitamina D y el calcio (ayudan) a prevenir las fracturas a unas dosis más altas. (Es un hecho que) no las previenen a dosis bajas», señaló Alexander Krist, profesor asociado de medicina familiar y salud de la población en la Universidad Estatal de Virginia. 

Por otra parte, se encontró que el ejercicio tiene un beneficio moderado en la prevención de las caídas en los adultos mayores. Aunque no se sugirió una actividad en particular, el ejercicio regular tiene el poder de mejorar el equilibrio y la forma de caminar, al tiempo que ayuda a completar de mejor forma las tareas comunes, según Krist.

Es importante tomar en cuenta los riesgos particulares de los adultos mayores. Es decir, el tipo de actividades debe cubrir las necesidades específicas de cada persona. Para lograrlo, es necesaria una valoración médica, con el fin de determinar las intervenciones adecuadas.

Chris Sciamanna, profesor de medicina y ciencias de la salud pública en el Colegio de Medicina de la Universidad Estatal de Virginia, recomienda que los adultos mayores hagan sus propias evaluaciones. «Si no pueden pararse en una pierna durante 10 segundos, sin agarrarse de algo, están en riesgo y deben hablar con el médico», dijo.

 

Vía: Health Library