La enfermedad de Lyme es una enfermedad transmitida por las garrapatas y ocasionada por la infección de la bacteria Borrelia burgdorferi. Las garrapatas infectadas pueden transmitir la enfermedad cuando pican a las personas. El tratamiento temprano es vital para evitar que la enfermedad avance a etapas posteriores.

El día de hoy les hablaremos de la Etapa 1 de la afección, también llamada enfermedad de Lyme localizada temprana.

Durante dicha etapa, la infección todavía no se ha extendido a otras partes del cuerpo. El diagnóstico de la enfermedad de Lyme localizada temprana brinda las mejores posibilidades de una recuperación más rápida.

Comúnmente, comienza con una erupción llamada eritema migratorio. Esta erupción, que aparece en el 70% a 80% de las personas infectadas, suele desarrollarse siete días después de una picadura, pero puede manifestarse dentro de los tres a 30 días posteriores a la misma.

Conoce más: ¿Cuál es la conexión entre la enfermedad de Lyme y la leucemia?

La erupción crece lentamente durante varios días y puede tener más de 30 cm de diámetro. La erupción puede sentirse caliente al tacto, pero por lo general no duele ni pica. Algunas personas pueden desarrollar la clásica erupción en forma de “ojo de buey”, pero la apariencia de esta puede variar mucho.

Los siguientes síntomas también pueden presentarse con o sin erupción:

  • Escalofríos
  • Fatiga
  • Fiebre
  • Dolor de cabeza
  • Dolor articular o muscular
  • Ganglios linfáticos inflamados

Las personas tratadas durante esta etapa suelen recuperarse rápida y completamente. El tratamiento involucra de 10 a 14 días de antibióticos orales.

Desafortunadamente, entre el 10% y el 25% de los casos pueden pasar desapercibidos y progresar a etapas posteriores de la enfermedad.

 

Fuente: Very Well Health